“- Atención.
Os habla vuestro comandante. Dentro de pocos instantes, el Nautilus alcanzará un objetivo largo tiempo
ambicionado por la Humanidad: llegar con un barco al Polo Norte geográfico. Si
la Providencia nos sigue ayudando como hasta ahora, dentro de dos días
conseguiremos otro objetivo de mayor significación histórica aún: la conclusión
de una rápida travesía polar desde el Océano Pacífico al Océano Atlántico. En
este momento estamos a cuatro décimas de milla del Polo Norte. Mientras nos
vamos aproximando, guardemos unos minutos de silencio dando gracias a Dios por
habernos permitido realizar con éxito tan extraordinario viaje. Roguemos por la
paz del mundo y recordemos a aquellos que nos han precedido con el triunfo o
con el fracaso.
El
tocadiscos había dejado de funcionar y un profundo silencio siguió a mis
palabras. Sólo se oía el rítmico zumbido
de los sondadores, que incansablemente vigilaban la profundidad del océano, los
peligrosos hielos y las sombrías aguas a proa de nuestro barco.
Con
la mirada puesta en el reloj de la corredera empecé a contar en voz alta y a
través del micrófono:
- Atención.
Diez…, ocho…, seis…, cuatro…, tres…, dos…, uno. ¡Ya! Día tres de agosto de mil
novecientos cincuenta y ocho. Hora: veintitrés quince. El Polo Norte para la
Marina Americana y los Estados Unidos.
Los
hurras de la tripulación resonaron por todo el barco. Miré con ansiedad a Tom
Curtis. Estaba sonriendo. El sistema de navegación por inercia había funcionado
con absoluta precisión, confirmando que habíamos cruzado exactamente el Polo
Norte.
- Mi
comandantote –exclamó Curtis–, puede usted decir que hemos perforado de verdad
el Polo.
Permanecimos
silenciosos y emocionados durante unos momentos pensando en la hazaña que había
realizado el Nautilus.”
Aunque Julio Verne fallara en la elección
del Polo, en el día de la hazaña, y en el nombre del capitán del buque, desde
luego acertó en el nombre de éste.
Nota:
La hora es la de verano de la costa Este de
Estados Unidos.
Créditos:
Imagen del parte de situación del buque Nautilus, y extracto del capítulo XXII Perforando el Polo Norte, del libro Nautilus 90º Norte, memorias del
Comandante del buque, Capitán de Fragata William R. Anderson (con la colaboración de Clay Blair, jr.), según
traducción del Capitán de Corbeta Miguel Coll Montaña, tomados de la primera edición,
de abril de 1959, de Editorial Juventud (pp.200-201).
Otra anotación sobre esta expedición, con el dato curioso de un intento 27 años antes, también en submarino, y también llamado Nautilus.
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