“Cuando ambos escritores
se paseaban por el jardín, [Thomas] Hardy se detuvo en un rincón del
invernadero y le contó [a Robert Ranke-Graves] que en cierta ocasión estaba
podando un árbol cuando de pronto le vino una idea para un relato, la mejor que
le hubiera venido jamás, y se le había ocurrido casi completa, con todos los
personajes, escenarios e incluso una parte de los diálogos. Pero como en ese
momento no tenía consigo lápiz ni papel y tenía que apuntalar bien el árbol
antes de que el tiempo cambiara, no pudo anotar nada. Cuando estuvo otra vez
sentado a su escritorio y quiso escribir la historia, todo había desaparecido. «Lleve
usted siempre consigo lápiz y papel –dijo Hardy, y añadió–: Por supuesto que ya
no podría escribir la historia, aunque se me ocurriera de nuevo. La época de
escribir novelas ha pasado para mí. Pero a menudo pienso en lo buena que fue
aquella idea.»”
Hace mucho tiempo, los Reyes Magos me
dejaron en casa de la mayor de mis hermanas una libretita que entendimos que
era para que apuntara en ella las ideas que se me fueran ocurriendo para
cuentecillos y relatos.
El problema es que la goma que abraza las
tapas junto con las hojas sigue en la misma posición de entonces.
Créditos:
Extracto del capítulo Libros que nunca
fueron escritos, de la obra de Alexander Pechmann La Biblioteca de los Libros
Perdidos, según traducción de Juan José del Solar, en edición de enero de 2011
de Edhasa (pp.107-108).
Pues muy mal porque el objetivo era que apuntaras todos aquellos "cuentecillos" que nos contabas y que tenían mucha gracia y tan originales eran; ¿y si se te olvidan?, ¿a dónde van a ir a parar semejantes ideas?. Ya debería estar completo y ya deberías haber pedido otro, así que ¡venga, venga, ponte a escribir ya mismo!.
ResponderEliminarYa lo dice el refrán: Más vale lápiz corto que memoria larga.
ResponderEliminarvinagre63:
ResponderEliminarPues creo que esos relatos irán a formar parte de la biblioteca descrita en el libro... Así, al menos, estarán publicados, ¿no?
Bueno, vale, veremos qué se puede hacer.
caraguevo.
Sí, y el caso es que quise apuntar una vez unas cosas... pero no recordaba dónde había dejado la libretita.
Hasta ahora... en que he podido publicar la anotación. ¡Algo es algo!
Un saludo a ambos.