Esta mañana, aprovechando
que era mi último día de vacaciones en este periodo, he decidido irme a paseo…,
mejor dicho, dar un paseo matutino, por eso de la salud y cosas parecidas. Una
hora dicen que está bien, y allá que he salido a la calle siendo las ocho.
A pesar de que el edificio
se llame Veles e Vents (un verso de Ausias March), los veleros las tenían recogidas, y no ya los vientos,
ni las brisas hacían acto de presencia.
Por tanto, y dado que si
seguía la siguiente etapa ya sería Mallorca, di media vuelta, y pude comprobar
que la playa aún estaba desierta.
Y por mucho que lo
cantaran hace cuarenta años Los Payos, ni apenas los había, ni yo tenía ni
sombrero ni crema para prestar.
Por tanto, seguí mi
camino de regreso a casa.
Casi las diez y media y
sin haber desayunado.
Créditos:
Fotografías del edificio
Veles e Vents, en la Marina Real Juan Carlos I del Puerto de Valencia, general de
la playa de El Cabañal y Malvarrosa y demás hacia el norte, y de una limusina
con la que me he cruzado, de esta mañana, del autor.
Muy bien lo del paseo, muy saludable. Y muy bonita la foto del puerto.
ResponderEliminarVeo que no estabas solito en la playa, no. ¡Alguno hasta en el agua! Claro que "en mi pueblo" también puede verse gente en la playa a esas horas (a mí no, lo confieso sin rubor -cada vez soy más noctámbula que madrugadora-) y bañarse en el Cantábrico tiene más mérito que en el Mediterráneo... ¡al menos el que proporcionan los grados de temperatura de diferencia..! Ja, ja.
Saludos.
María Gaetana:
ResponderEliminarMe alegro que te guste la foto. En esa zona sí estaba solito; en la playa, no,... pues no llegué a pisarla.
En realidad, no sé si lo de bañarse en la playa es un mérito, pero desde luego, hacerlo en el Cantábrico sí requiere más puntos de valentía que en este Mediterráneo de Valencía.
Un saludo.