domingo, 29 de diciembre de 2019

Y él el primero

Llevamos algo más de mes y medio con el tema del nuevo gobierno, y, como requisito previo, quién va a ser (o no) Presidente de Gobierno mediante votación en el Congreso de Diputados. Ya va para tres semanas que S.M. el Rey comunicó a quién proponía como candidato: don Pedro Sánchez Pérez-Castejón (sí, aunque se suele omitir, tiene un Pérez el tal Pedro, pero, aun pareciéndolo, eso ya no indica -en estos tiempos- que sea hijo de sí mismo).

El caso es que estaba todo el mundo muy entretenido echando cuentas (también en el sentido de arrojar o tirar, por inútiles): que si 176 votos a favor, que si va a ser que no, que si más síes que noes, que se abstengan unos cuántos (y quiénes, claro, pero que se atengan a las consecuencias),…

Así echando cuentas unos y echando letras otros (en la prensa, tertulias y redes sociales) hemos llegado a hoy. En estos últimos días han sucedido cosas que estaban previstas (lo del TJUE) y cosas que no estaban previstas (la postura -o falta de ella, al gusto de más de uno- de la Abogacía del Estado); y en ello, ha estallado el vodevil de “lo de Bolivia”.

Mientras unos cuantos estaban muy preocupados por el posible acuerdo con los independentistas, sólo unos pocos lo estaban por el acuerdo con los comunistas (sección chavista). E incluso otros decían que bueno, vale lo de aceptar al PSOE en el gobierno, pero sin Pedro Sánchez P.-C.

La opción en la que nadie ha reparado, que yo sepa, es la que ahora tiene un elemento más para su puesta en escena: que don Pedro Sánchez P.-C. se envuelva en la bandera de la patria y del sentido común y renuncie a Satanás en sus formas independentistas y comunistas.

Que al igual que en la famosa escena de Casablanca que ya algunos han recordado, diga: «¡Qué escándalo! ¡Aquí son corruptos!»; y rescinda todo posible acuerdo de gobierno con los podemitas, porque «Así ya no podemos».

De este modo, fraseando a Fernando VII, dirá lo de la senda constitucional, y se arrimará a la propuesta de Ciudadanos. Entre grandes satisfacciones y lloros de alegría, a la vuelta de Reyes se tendrá una votación que se ganaría en primera convocatoria, y don Pedro Sánchez P.-C. sería el nuevo flamante Presidente de Gobieno.

Y es que hasta San Antón, fiestas son.

[Lo que ya no sé es si nombrará un primer gobierno digamos “sin cafeína”, y luego, a la primera oportunidad que le den Partido Popular y/o Ciudadanos (porque se la darán, o él la encontrará), crisis de gobierno que te crío, y ya dará entrada a comunistas e independentistas en el gabinete y en su política de gobierno; o si esto último lo hará directamente para afrentar de nuevo a PP y C’s, con merecidas vergüenza y maldición de éstos.]

Y es que ya lo dijo Pablo Iglesias Turrión: «lo importante es que haya investidura». Porque luego ya no hay quien quite a este flamante (y flamígero, y llameante) Excelentísimo Señor Presidente de Gobierno.

jueves, 7 de noviembre de 2019

Vos cum sitis mali

Por un tuit de Luis del Pino me enteré el domingo de la existencia de un tal Lucas como daño colateral de las elecciones del próximo domingo 10 de noviembre.

Tras un cierto tiempo para superar tal impresión, acabé pensando que no podía sino tratarse de algún mensaje subliminal, y llegué a la conclusión de que en realidad nos estaba dirigiendo hacia el Evangelio de San Lucas, pero ¿a qué pasaje en concreto?

Ayer me vino la inspiración.

La clave del pasaje era la fecha de las elecciones: el 10 de noviembre señalaba el capítulo 10, versículo 11; o el versículo 10 del capítulo 11 (a saber, tratándose de Rivera). Y ambos existen.

Precedido por «en la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid:» tenemos el versículo 11 del capítulo 10:
«’Sacudimos sobre vosotros hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a nuestros pies. Sabed, de todas formas, que el Reino de Dios está cerca.’»
Y a continuación: «Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad.»

Por otro lado, el consejo «Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá», nos lo explica el versículo 10 del capítulo 11:
«Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, le abrirán.»
Y termina dejando las cosas claras: «Si, pues, vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!»

La exégesis de todo esto (si la hay), ya se la dejo a cada uno.

Créditos:
Extractos del Evangelio según San Lucas (10, 10-12 y 11, 9-10, 13), tomados de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
En el título, fragmento del antedicho versículo 11,13 del Evangelium secundum Lucam, tomado de la Biblia Vulgata, en edición de Colunga-Turrado, publicada por Biblioteca de Autores Cristianos (duodécima edición, de 2005), de la biblioteca del autor.

viernes, 1 de noviembre de 2019

40 años, otros


Hace 40 años entré en la Universidad Politécnica de Valencia.

Aunque el primer día asistí por la mañana, en realidad quedé integrado en un grupo con las clases por la tarde, por lo que en cuanto pude, pedí el cambio a la mañana. Seguí asistiendo por la tarde, hasta que se me informara del cambio o no cambio.

Sin embargo, la información como tal no me llegó, pero sí me enteré de que el cambio se había aceptado cuando en la corrección de unos trabajos de dibujo en vez de una calificación deprimente figuraba la observación de que yo no formaba parte de ese grupo de la tarde. Total, que se me dijo en qué grupo figuraba, y al día siguiente me presenté a clase, ya por la mañana.

El caso es que eso sucedió un 31 de octubre, y el día siguiente, Todos los Santos, resultado de una decisión tomada por un gobierno de aquella centrista UCD, no fue festivo en 1979. Y yo me presenté en clase.

Donde pude leer una gran nota en la pizarra en la que se expresaba que los alumnos sí hacían fiesta, pero que volverían a clase el día 2. Y así sucedió.

Lo significativo de aquello es que, como fácilmente se puede comprobar, el primero de noviembre de 1979 fue jueves, y la decisión de los alumnos les dio opción a un sobrevenido puente.

Pero el viernes fueron a clase.

Esta semana, cuarenta años después, un hatajo de cafres se han dedicado a bloquear las universidades en Cataluña, impidiendo violentamente la actividad inherente al concepto de Universidad.

Si esto ya es grave, peor es el error de concepto que demuestra la respuesta de otro hatajo de individuos, cuyo tratamiento oficial es el de Magníficos, a pesar de confirmar (nuevamente) que quien mejor lleva ese nombre es el famoso Pijus Magnificus.

O tempora, o mores.

domingo, 20 de octubre de 2019

La herencia de una maestra de pueblo


«Poi la signora Cristina si riposò un poco e parlò.
«Tu sei il sindaco» disse «e questo è il mio testamento. La casa non è mia e i miei pochi stracci dalli a chi ne ha bisogno. I miei libri tienli tu che ne hai bisogno. Devi fare molti esercizi di comporre e studiare i verbi.»
«Sissignora» rispose Peppone.
«Voglio un funerale senza musica perché non è una cosa seria. E voglio un funerale senza carro, come nei tempi civili. Con la cassa portata a spalle, е sulla cassa voglio la bandiera.»
«Sissignora» rispose Peppone.
«La mia bandiera» disse la signora Cristina. «Quella che è lì a fianco dell’armadio. La mia bandiera, con lo stemma.»
E fu tutto, perché poi la signora Cristina sussurrò: «Dio ti benedica anche se sei bolscevico, ragazzo mio». E poi chiuse gli occhi e non li riaperse più.
 […]
«Questo ve lo dico come sindaco, e come sindaco e interprete della volontà di tutta la cittadinanza, vi ho chiamato qui perché domani non si rimproveri che faccio di mia testa. Il fatto è che la signora Cristina ha espresso come sua ultima volontà di essere portata a spalle nella bara e sopra ci vuole la bandiera con lo stemma. Qui ognuno dicha como la pensa. I rappresentanti dei partiti reazionari fanno il piacere di stare zitti perché tanto sappiamo benissimo che loro sarebbero felicissimi anche se ci fosse la banda che suona la cosiddetta marcia reale.»
[…]
Poi fu la volta del rappresentante dei democristiani.
«La volontã dei morti è sacra» disse con voce solenne. «E la volontà della defunta signora è particolarmente sacra per noi perché tutti l’amiamo e la veneriamo e guardiamo alla sua attività prodigiosa come a un apostolato. E appunto per questa venerazione e per questo rispetto alla sua memoria, siamo dell’avviso di cercare di evitare ogni minimo atto irrispettoso che, pur rivolto ad altro oggetto, suonerebbe come offesa alla sacra memoria dell’estinta. Perciò anche noi ci associamo agli altri nello sconsigliare l’uso della vecchia bandiera.»
Peppone approvô gravemente con un cenno del capo. Poi si rivolse a don Camillo, i1 quale era stato convocato anche lui. E don Camillo era pallido.
«Cosa ne pensa il signor parroco?»
«Il signor parroco prima di parlare aspetta di sentire quale sia il parere del signor sindaco.»
Peppone si raschiò un poco in gola e prese la parola.
«In qualità di sindaco» disse «vi ringrazio per la vostra collaborazione, e come sindaco approvo il vostro parere di evitare la bandiera richiesta dalla defunta. Però, siccome in questo paese non comanda il sindaco ma comandano і comunisti, come capo dei comunisti vi dico che me ne infischio del vostro parere, е domani la signora Cristina andrà a1 cimitero con la bandiera che vuole lei perché io rispetto più lei morta che voi tutti vivi, e se qualcuno ha qualcosa da obiettare lo faccio volare giù dalla finestra! Il signor prete ha qualcosa da dire?»
«Cedo alla violenza» rispose allargando le braccia don Camillo che era rientrato nella grazia di Dio.
E così il giorno dopo la signora Cristina andò al cimitero nella bara portata a spalla da Peppone, dal Brusco, dal Bigio e dal Fulmine. E tutt’e quattro avevano al collo i loro fazzoletti rossi come il fuoco, ma sulla bara c’era la bandiera della signora maestra.
Cose che succedono lâ, in quel paese strampalato dove il sole picchia martellate in testa alla gente e la gente ragiona più con la stanga che col cervello, ma dove, almeno, si rispettano i morti.»

Don Camilo, volumen recopilatorio de pequeños relatos de la vida de un pueblo bajo el sol de la llanura del Po en la posguerra y tras el Referendum Istituzionale de 1946 que cambió en Italia la monarquía por la república, se publicó en 1948, hace poco más de 70 años.

Guareschi escribió muchos otros relatos y libros, pero claro, como no se los escribieron, qué iba a saber él.

Tal vez sólo las enseñanzas de una vieja maestra de pueblo, y lo aprendido de un pueblo que defiende sus ideas mientras respeta a los muertos.

Créditos:
Extractos del relato La maestra vecchia, incluido en el volumen Don Camillo, de Giovannino Guareschi, tomados de la 34ª edición en BUR-Rizzoli (diciembre de 2017), de la biblioteca del autor (pág. 235-237).

miércoles, 2 de enero de 2019

Creciendo… de XL a L


[Afortunada coincidencia con el hecho del cumpleaños de la hermana pequeña del autor.]

Créditos:
Imagen tomada de un tuit de You Had One Job (@_youhadonejob1), vía el twitter de Isaac Jiménez @isaacj.