viernes, 1 de noviembre de 2019

40 años, otros


Hace 40 años entré en la Universidad Politécnica de Valencia.

Aunque el primer día asistí por la mañana, en realidad quedé integrado en un grupo con las clases por la tarde, por lo que en cuanto pude, pedí el cambio a la mañana. Seguí asistiendo por la tarde, hasta que se me informara del cambio o no cambio.

Sin embargo, la información como tal no me llegó, pero sí me enteré de que el cambio se había aceptado cuando en la corrección de unos trabajos de dibujo en vez de una calificación deprimente figuraba la observación de que yo no formaba parte de ese grupo de la tarde. Total, que se me dijo en qué grupo figuraba, y al día siguiente me presenté a clase, ya por la mañana.

El caso es que eso sucedió un 31 de octubre, y el día siguiente, Todos los Santos, resultado de una decisión tomada por un gobierno de aquella centrista UCD, no fue festivo en 1979. Y yo me presenté en clase.

Donde pude leer una gran nota en la pizarra en la que se expresaba que los alumnos sí hacían fiesta, pero que volverían a clase el día 2. Y así sucedió.

Lo significativo de aquello es que, como fácilmente se puede comprobar, el primero de noviembre de 1979 fue jueves, y la decisión de los alumnos les dio opción a un sobrevenido puente.

Pero el viernes fueron a clase.

Esta semana, cuarenta años después, un hatajo de cafres se han dedicado a bloquear las universidades en Cataluña, impidiendo violentamente la actividad inherente al concepto de Universidad.

Si esto ya es grave, peor es el error de concepto que demuestra la respuesta de otro hatajo de individuos, cuyo tratamiento oficial es el de Magníficos, a pesar de confirmar (nuevamente) que quien mejor lleva ese nombre es el famoso Pijus Magnificus.

O tempora, o mores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario