martes, 21 de agosto de 2012

El injustificable, que no justificante, bancario

Anteayer publicó La Gaceta, y ayer se hicieron eco otros medios, un a modo de informe advirtiendo de los peligros que puede traer abandonar el justificante del cajero del banco. Cosa que cualquiera con dos dedos de frente ya debe suponer, pero, claro, no es noticia hasta que algún consultor o similar hace un informe al efecto.

Hace mucho tiempo me comentaron que se había solucionado el problema que había mucho más tiempo antes, de que la gente al ir a un cajero, cogía el dinero y como ya tenía lo que quería, se iba, dejándose la tarjeta. La solución era tan sencilla como devolver primero la tarjeta y luego entregar el dinero; luego, para el que lo había pedido, salía impreso el justificante.

Ya me veo yo algún lumbreras cambiando nuevamente el procedimiento para que el cajero automático, automáticamente, primero devuelva la tarjeta, luego entregue el justificante, y por último, facilite el dinero.

Esto tendría una ventaja adicional: visto el éxito que ha tenido mi entrada sobre la firma de Draghi en un billete de 10 euros (que, además, es el único caso del que me he dado cuenta), pues ha conseguido ponerse en segundo lugar en este último mes, y eso que sólo lleva publicada medio; visto el éxito, digo, que, lamentablemente, indica las dudas que hay en la sociedad, así en general, sobre los billetes en cuestión, la siguiente pauta será, por parte del cliente, recoger la tarjeta y el justificante… y tirar el dinero.

Total, para lo que va a acabar valiendo.

Para eso, nos quedamos en el cajero.

Créditos:
Fotografía de la “ropa de cama” en el vestíbulo de una sucursal bancaria, en Valencia, el día de Navidad de 2011, del autor.

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