“Tras su arranque expositivo, comenzó el
turno de preguntas y respuestas, objeto real del Club. Era la primera vez que
asistía y tengo que decir que me causó una muy buena impresión. Se realizaron
bastantes preguntas, e incluso hubo quien hizo varias. Tomé nota de todo
aquello que me llamó la atención, manuscrito cuya primera página acompaña estas
líneas. Cuando consiga descifrarlo, volverá por aquí.”
Esto comenté en la breve reseña que
publiqué de la sesión del Club de Lectura de Ámbito Cultural de El Corte Inglés
dedicada al libro Los días entre el mar y la muerte, de Luis Herrero-Tejedor
Algar. Ahora, cuarenta días después de la sesión, ya he conseguido descifrar el
manuscrito, y vuelvo por aquí.
Su “arranque expositivo” vino a ser, en
unas cuantas frases-titulares, el siguiente:
Sobre el por qué:
Su deseo es “poder vivir de lo que
escribo”, refiriéndose a novelas, por lo que “me planteé escribir para
medirme”.
Sobre el qué y cómo:
“El tipo de novela que a mí me gusta
leer”, y aunque “consciente de mis limitaciones, no tengo la pulsión de los
grandes escritores rusos, sí tengo imaginación, interés, curiosidad... para
entretener”.
Por ello, se decanta por la novela negra:
“el viejo juego de la novela negra: un asesinato o más, [ante los que] el
lector se va a preguntar quién es el asesino, [y el escritor impedir que lo
averigüe] sin hacer trampas”. En definitiva, “[tú, como lector,] no dejarte
sosprender, yo [como escritor] lo contrario: a ver quién gana”.
Sobre la base de la trama:
“[Es] esa idea que me obsesiona tanto que
es la identidad”, y lo imbricada que está con el ambiente: “si nos sacan de
nuestro entorno, [como a los peces fuera del agua,] nos falta el oxígeno”.
A partir de aquí, comenzó “el turno de
preguntas y respuestas”:
- Se empezó como se había acabado la
primera parte, con la identidad y el ambiente, pues Concha Prieto abrió el
fuego comentando que en la novela hay guiños de carácter privado y personal: la
avenida y la tumba del padre de Luis Herrero-Tejedor, lo que él reconoció,
junto con la referencia a la Pastelería Gargallo, de Castellón.
- Alguien dijo que la novela “atrapa
desde el principio”, lo que el autor agradeció, reconociendo, como ejemplo personal
de lo contrario que “[yo] he tirado el Ulises por la ventana”: “[Yo] no soy de
los profundos, soy más superficial, [y] me acepto como soy”.
- Para la trama “necesitaba un delito que
no prescribiera”, para así mantener la tensión a pesar del paso de los años.
Estos delitos, en el derecho español, son, salvo error mío en la anotación, los
de robo de niños, genocidio y terrorismo. Como su primera novela (El tercer
disparo) ya trataba sobre terrorismo, eligió el delito de robo de niños. Curiosamiente,
poco después de su elección, empezaron a salir las noticias sobre estos delitos
cometidos hace tiempo y durante tanto tiempo, lo que ‘despista’ acerca de la
actualidad de la novela.
- Reconoció como problema suyo objetivo
el posible planteamiento del público: «ya está éste para aprovechar su
popularidad, a ver si nos cuela un libro». Cosa que, reconozco aquí, fue lo que
pensé cuando publicó su primera novela.
- Sobre quién pueda ser su público hizo
un comentario de ‘lectura política’: a la hora de leer a alguien significado
políticamente “es mucho más fácil cruzar de derecha a izquierda que de
izquierda a derecha [que] es complicadísimo. Hay mucho más sectarismo en la
izquierda que en la derecha”. Sobre esto yo diré que tal vez, pero mi opción
personal, mientras me cueste dinero, es no alimentar a quienes se han
manifestado claramente (y me he enterado) a favor de, si pudieran, dejarme sin
opciones.
- Sobre el éxito de la novela comentó que
de su primera novela se habían publicado 30.000 ejemplares en 5 ediciones,
mientras que de ésta, su segunda novela, bien por la crisis, bien por la
calidad (aunque él la prefiere a la primera), aún no había llegado a la segunda.
- Sobre los lectores, no los suyos sino
en general, confirmó que son en su mayoría mujeres de mediana edad.
- Ante un comentario sobre la emoción al
leer una escena, reconoció que “no se sabía capaz de tocar la fibra sensible y
emocional”.
- Hubo comentarios acerca del despiste
que genera el salto temporal de la novela, pues la primera parte y la segunda
se diferencian en 17 años. Él comentó que la novela empieza ahora, y continúa
dentro de 17 años, pero que cada uno lo lea como quiera. Debo señalar que ese
salto a mí no me supuso ningún problema y, de hecho, no entiendo el problema.
- Sobre los personajes:
De uno muy malo, muestra su carácter
mediante la crueldad que aplica a un perro, mientras que, en cambio, presenta
una doble faceta en su amabilidad con sus amigos. Aunque resulte difícil
aceptar esta dualidad, indicó que está basado en un personaje real, de mediados
de los cincuenta, creo recordar.
De uno muy bueno, “tiene que morir” porque
“no me gustan los finales rosa (y menos en la novela negra)”, y así muestra “hasta
dónde lleva la lealtad, virtud humana que más aprecio, por no delatar a un
amigo”.
De la madre de un personaje, reconoce que
es una figura que “usa cuando la necesita”, y luego… pues desaparece.
De Manuel Vicent, escritor valenciano y
personaje de la novela (dentro de diecisiete años), dijo que es “el mejor autor
vivo”.
Y como tenía que regresar a Madrid en
avión, y a pesar de su interés, no pudo dar para mucho más esta sesión del Club
de Lectura, por lo que lo dijo sobre el final de la novela… lo dejaremos para
otra ocasión.
Créditos:
Fotografía de Luis Herrero-Tejedor Algar,
durante la sesión del Club de Lectura de Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Valencia,
este último 28 de febrero, del autor.
¿Por qué ha despedido a la gran Nuria Richart?
ResponderEliminarAnónimo: Despedirla de ((esRadio no la han despedido, ahora está en el equipo de Luis del Pino los fines de semana. Eso es lo que ella misma ha tuiteado.
ResponderEliminarUn saludo
Anónimo: el motivo de su retirada de En casa de Herrero se desconoce, aunque sí ha dicho ella que la decisión ha sido de Luis Herrero, nada más.
ResponderEliminarY como bien dice caraguevo ahora está con el otro Luis, Luis del Pino, en Sin Complejos.
un saludo a ambos.
¿Y se sabrá algún día por qué el Luis pastelón ha decidido así?
ResponderEliminarYo ya sólo le voy siendo fiel al otro Luis, al que no tiene complejos, cuyo programa, por cierto, ¡dura ahora 3 horas! Qué bien, qué bien, porque se me quedaba muy corto.
Eso sí..., ¿qué ha sido de Pedro Maderas? ¿Alguien lo sabe?
S.Cid: Tal vez se sepa en el próximo libro de memorias de alguien de la casa, o si no, si tardan y ya es historia, en el correspondiente libro del predicador.
ResponderEliminarLo último que se ha dicho de Pedro Maderas es un tuit de Periodista Digital, aunque no aporta nada sustancioso.
Un saludo.