“Entonces los soldados
del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él
a toda la cohorte. Le desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura; y,
trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano
derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla
diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!»; y después de escupirle, cogieron la
caña y le golpeaban en la cabeza. Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron
el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle.”
Créditos:
Transcripción del Evangelio según San Mateo (27, 27-31), tomada de la Nueva
Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De
Brouwer.
Fotografía del cuadro Los
improperios, del Maestro de Alcira, óleo sobre tabla, del siglo XVI, en el
Museo de la Catedral de Valencia, de agosto de 2010, del autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario