“Y así debe de ser mi
historia, que tendrá necesidad de comento para entenderla.
- Eso no –respondió Sansón–;
porque es tan clara, que no hay cosa que dificultar en ella: los niños la
manosean, los mozos la leen, los hombres la entienden y los viejos la celebran;
y, finalmente, es tan trillada y tan leida y tan sabida de todo género de
gentes, que apenas han visto algún rocín flaco, cuando dicen: «Allí va Rocinante».
Y los que más se han dado a su lectura son los pajes: no hay antecámara de
señor donde no se halle un Don Quijote: unos le toman si otros le dejan; éstos
le embisten y aquéllos le piden. Finalmente, la tal historia es del más gustoso
y menos perjudicial entretenimiento que hasta agora se haya visto, porque en
toda ella no se descubre, ni por semejas, una palabra deshonesta ni un
pensamiento menos que católico.”
Créditos:
Extracto del Capítulo III
del Libro II de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de
Cervantes y Saavedra
Ilustración de Antonio
Mingote, relativa a la escena narrada.
Tomados ambos de la edición
realizada por Editorial Planeta, con motivo del cuarto centenario de la
publicación de la novela, según edición y notas de Martín de Riquer, ilustrada
por Antonio Mingote (tomo 5, pp. 852-854).
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