“En el momento del «big
bang» el huevo cósmico, compuesto de neutronio, se desintegró con feroz
violencia en neutrones individuales, que rápidamente se descompusieron en
protones y electrones. (…) Los protones así formados cabe considerarlos como
núcleos de átomos de hidrógeno-1.
A medida que se fuesen
formando los protones, éstos chocarían de vez en cuando con los neutrones que
aún quedaran e irían constituyendo gradualmente núcleos atómicos estables de
mayor complejidad. (…)
Si un protón se combina,
por ejemplo, con un neutrón, se formaría un núcleo de hidrógeno-2, o deuterio
(un protón / un neutrón). El hidrógeno-2, combinado con otro neutrón, daría
lugar al hidrógeno-3 o «tritio» (un protón / dos neutrones). Sin embargo, el
tritio es inestable. Uno de los neutrones de su núcleo emite un electrón y se
convierte en protón, de modo que el núcleo se transforma en helio-3 (dos
protones / un neutrón). El núcleo de helio -3 se anexiona un neutrón,
convirtiéndose en helio-4 (dos protones / dos neutrones). (…)
El núcleo de helio-4 es
tan estable que su tendencia a aceptar un neutrón o un protón es prácticamente nula. Y en el caso de que un neutrón consiga anexionarse a un núcleo de
helio-4, el núcleo de helio-5 formado (dos protones / tres neutrones) se
desintegra [aproximadamente en una milésima de trillonésima de segundo] para
constituir de nuevo un núcleo de helio-4 y un neutrón. Por otra parte, si un
protón consigue anexionarse al helio-4, el litio -5 (tres protones / dos
neutrones) formado se desintegra de nuevo en helio-4 a una velocidad mayor aún que la anterior.
[Pues bien, en realidad]
el material originario estaba constituido sólo de hidrógeno-1 y los demás
elementos se formaron en el interior de las estrellas, pasando a la materia interestelar
por vía de las supernovas.
(…) [Según lo explicado],
toda vez que la zona central central de las estrellas es más rica en helio-4
que en cualquier otro elemento, existe una probabilidad relativamente alta de
que dos núcleos de helio-4 choquen contra un tercero en un lapso de tiempo
suficientemente breve para formar un núcleo de carbono-12. (…)
[Así pues, pasemos a
explicar la formación de las estrellas]”
«-¡Un momento, un
momento, un momento!
- ¿Qué pasa?
- ¿Me vas a contar ahora
con todo detalle el proceso de formación de las estrellas?
- Sí, claro, es el
proceso de la Creación.
- ¿Y luego?
- Pues los planetas, y la
Tierra, en particular, naturalmente.
- ¿Y me vas a explicar cómo
se ha generado cada uno de los montes que hay, cada trozo de piedra, cada
valle, todos y cada uno de los arroyos y ríos, la totalidad de los mares?
- ¡Ajá!
- ¿Y también cada
arbusto, cada árbol, desde la menor de las raíces hasta la hoja más extrema? ¿Y
la vida y milagros de cada uno de los animales, de todas las especies que yo
conozco, que son muchas, y de las que sólo tú sabes, que son más aún?
- Ya te he dicho, es el
proceso de la Creación.
- ¿Y cuándo empezarás a
contarme algo del Hombre?
- Pues mira, la Creación
lleva en marcha unos 15 evos, más o menos, por lo que...
- ¿Evos?
- Sí, mil millones de
años, es decir, unos 15 mil millones de años es lo que intento contarte.
- ¡Quince mil millones de
años!
- Sí, ¿cuál es el
problema?
- ¡El problema, dices!
Pero, ¿tú has pensado en el tiempo que me vas a tener aquí tomando notas? ¿Tú
has pensado en la cantidad de copistas que se necesitarán aunque sólo sea para disponer
de un ejemplar cada una de las tribus? ¿Y el tiempo para repasarlas? ¿Y la de
hojas de papiro que vamos a tener que fabricar?
- Pero, entonces,…
- Hay que resumirlo como
sea.
- Bueno, tal vez, si al
principio hablamos cada mil millones de años, y luego, cada cien millones, y
después…
- ¡Que no, que no! Es
demasiado incluso así.
- Pues no sé qué decirte…
Bueno, fijándonos en lo más importante en cada momento… Aarón, ¿qué te parece
seis días?
- Sí, Moisés. Seis días
me parece bien para dar una idea de la belleza de la Creación hecha por Dios.»
Créditos:
Extractos del capítulo El
origen del Universo, de la obra de Isaac Asimov El Universo, según traducción
de Miguel Paredes Larrucea, editada como número 458 de su colección El libro de
bolsillo por Alianza Editorial (tercera edición, de 1977 – pp. 295-299)
Imagen de La creación del
Sol y de la Luna, de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina, tomada de la Wikipedia.
Versión dramatizada de lo
que recuerdo de un artículo cuyo autor no recuerdo, que leí hace tiempo en no sé
qué revista, en la sala de espera del Hospital Católico Casa de Salud.
Leí ayer esta anotación y venía ahora a comentarla, pero he olvidado lo que quería decir. No obstante, aún recuerdo el buen sabor de boca que me dejó.
ResponderEliminarYa sabes que me gustan mucho este tipo de cosicas ;-)
Bien, veo que además de la carestía en la producción de comentarios, encima ya haces como Bate: se te olvidan las cosas.
ResponderEliminar.
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(Tenía que tomar nota de algo, pero se me ha olvidado. ¡Cachis!)
Pues creo que iba a mencionar algo sobre el bosón ese (del que pregunté al profe de física de mi cole), pero luego..., con la anotación del bolsón se me fue un poco la idea, la verdad... ;-)
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