“Son relatos y son católicos.
Hoy me ha llegado el libro.
(…)
Y son católicos, claro, aunque no en un sentido propagandístico o moralizante. La catolicidad de estos
autores está limpia de melindres y de beaterías. No es más católico el texto
que renuncia a mostrar lo doloroso, lo triste, lo sucio del alma humana. Más aún,
ignorar estos aspectos tendría muy poco de católico. Por ello, la preocupación
religiosa de este libro es católica en el más noble –y amplio– sentido del término:
aborda la experiencia completa de lo humano, que quedaría truncada sin una
mención a lo divino.”
“El autor católico no
teme explorar el territorio del demonio. Pero, al contrario que muchos autores
mundanos, sabrá mostrar al lector que ahí no sólo hay perversión, sino también
redención.”
“El lector tiene en sus
manos un libro que encierra una gran variedad de relatos. (…) ¿Por qué están
unidos en un solo libro? Gilbert Chesterton, en El candor del padre Brown, nos
da una pista sobre el sutil nexo que hermana a estos personajes:
"- Sí –dijo–, lo atrapé
con un anzuelo que no se ve y un sedal invisible lo bastante largo como para
dejarlo huir hasta el fin del mundo, y aun así, traerlo de vuelta con un tirón
de hilo."
Los personajes de esta
galería yerran o aciertan, pecan o hacen el bien, pero están unidos al cielo
por un hilo invisible, el de la gracia, que a menudo cae sobre quienes no la
esperan en absoluto.”
“El hilo invisible de la
gracia pasa desapercibido para muchos, pero sin él no puede explicarse lo que
hace verdaderamente humano al hombre.”
Créditos:
Portada y extractos,
desordenados, de la Nota del Editor (Mario Crespo), y del Prólogo, de Pablo J.
Ginés, de El hilo invisible, libro editado por Vita Brevis, que reúne los
relatos premiados en el I Concurso de Literatura Católica convocado por dicha
editorial (pp. ii, x, i y x)
Pues ya contarás...
ResponderEliminarSeguimos esperando....
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