En relación con mi reseña a la sesión del Club de
Lectura sobre Fahrenheit 451, ha habido un
par de líneas de mis anotaciones tomadas entonces que no he podido incorporar
porque… no he entendido mi propia letra.
Mi caligrafía nunca ha sido nada del otro
mundo (como legible; sí, como ilegible), lo que comento un tanto a cuento de la
noticia de un periódico alemán, que por muy sensacionalista que sea
habitualmente, no deja de tener razón (no quiero imaginarme ese problema en
alemán, y eso que allí, no será por falta de rubios).
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