Recién los rayos del sol incidían
cenitalmente sobre el Ecuador, dando paso bien al otoño a un lado, bien a la
primavera al otro, surgió la noticia que arrojaba sombras sobre la luz.
Los neutrinos, dejando de lado su
neutralidad, se habían convertido en beligerantes contra Einstein: unos cuantos
haces de neutrinos habían conseguido ir más veloces que la propia luz, dejando
con dos palmos de narices a los radares que ‘por su seguridad’, controlaban la circulación
en materia científica.
Al tiempo, salió quien explicó su compatilidad con la Teoría de la Relatividad, hablando de velocidad punta y
media, explicación tras la cual sigo sin saber de la misa la media.
Pero debió de ser muy convincente, pues
dos días después de la explicación, unos cuantos neutrinos ¡lo volvieron a hacer!:
“"El resultado positivo de la prueba
- afirma Fernando Ferroni, presidente del Instituto Italiano de Física Nuclear
(INFN), que opera el laboratorio de Gran Sasso- nos hace tener más confianza en
nuestros datos, aunque la última palabra la tendrán mediciones análogas en
otros experimentos".”
Avanzaron los días, y fueron consolidándose
las preguntas sobre el particular, y, en concreto, la gran pregunta:
“9 ¿Es posible viajar en el tiempo?
La teoría Especial de la
Relatividad sugiere que un objeto que se mueva más deprisa que la luz podría
viajar hacia atrás en el tiempo. Sin embargo, no existe teoría científica
alguna capaz de aprovechar esta posibilidad teórica para convertirla en algo práctico
y realizable. Conseguir algo así, si es que eso es posible, es algo que va
mucho más allá de cualquier tecnología o conocimiento que tengamos en la
actualidad.”
Tecnología, seguro que no, pero imaginación,
mucha tenemos, y, claro, nos acordamos de poner a hora el reloj, aunque éstos
acaben siendo, algún día, blandos con el tiempo, como los de un redivivo Dalí;
aunque haya que reconocer lo surrealista que resulta que un surrealista nos
ponga los pies en tierra:
“«Un reloj, sea duro o sea blando, no tiene ninguna importancia; lo
importante es que señale la hora exacta», dejó dicho Salvador Dalí.”
Relativamente (in)tranquilos con la
posibilidad del viaje en el tiempo, éste pasó, imperturbable, en lo que se
apreciaba, a nuestras cuitas, y como una justicia poética (y científica) tras
haber disfrutado de un carnaval de teorías e hipótesis, justo el inicio de la
Cuaresma nos echó un cable:
“Un simple
fallo mecánico (la mala conexión de un cable), pudo ser el causante de los
excepcionales resultados del experimento.”
Y en plenas fiestas de Fallas, terminó de
quemarse el ninot de la mala praxis científica, resurgiendo, así, el del
procedimiento científico: prueba y error, prueba y error… y menos titulares
sensacionalistas:
“Según las nuevas mediciones, estas partículas subatómicas se comportan
como era de esperar, es decir, en ningún momento sobrepasaron la velocidad
de la luz.”
Sin embargo… hoy volvemos a no entender nada, pero sospechar mucho.
Créditos:
Imagen de La persistencia de la memoria, óleo
sobre lienzo, de 1931, de Salvador Dalí, tomada de la página del Museum of Modern Art de Nueva York.
Fotografía de Albert Einstein tomada de la primera noticia de ABC sobre el tema.
Esta anotación también me la debías, que me acuerdo que te la pedí cuando salió lo de los famosos neutrinos.
ResponderEliminarMuy interesante y, por ello, volveré a leerla unas cuantas veces más.
En cuanto al último de los descubrimientos que enlazas, era una teoría de la que leí, hace tiempo, que, si fuera posible hacer algo así, el viaje al otro extremo de la galaxia e incluso a cualquier otra galaxia sería instantáneo, como el pensamiento. Creo...
Más, más..., muchas más de estas anotaciones.
Gracias por ésta, en cualquier caso.
En efecto, te la debía, y ha quedado integrada en los otros deberes que aún te debo.
ResponderEliminarLa comparación con el pensamiento es peligrosa: hay muchas evidencias de que está muy extendida su no existencia.
Sobre la solicitud de nuevas anotaciones, no sé si tendré tiempo... je, je.
Por cierto, vuelve a salir el horario raro. ¿habremos entrado en un bucle de ésos?
Un saludo.