Quintus Horatius Flaccus,
o sea, Horacio, fue un poeta latino, a caballo entre el final de la República y
el inicio del Imperio, introductor de temas filosófico-literarios como el
Beatus ille o el Carpe diem.
Acuérdate de conservar en
los acontecimientos graves la mente serena.
Apresúrate siempre hacia
la solución.
El placer que acompaña al
trabajo pone en olvido a la fatiga.
El hombre avaricioso está
lleno de temores, y quien vive con temor será siempre un siervo.
En los trances duros y lo
mismo en la bonanza mantente siempre con ánimo sosegado.
Gobierna tu mente, o ella
te gobernará a ti.
La conciencia es como un
vaso, si no está limpio ensuciará todo lo que se eche en él.
La fortuna es como un
vestido: muy holgado nos embaraza, muy estrecho nos oprime.
La justicia, aunque anda
cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera.
Quien mucho promete mina
la confianza en él.
Fugit irreparabile tempos
(El tiempo huye de modo irreparable).
Beatus ille (...) solutus
omni fenore (Dichoso aquél […] libre de toda deuda).
Como se ve, en su obra se
pueden encontrar frases o expresiones que muestran lo actual que él es, o bien,
lo poco que ha cambiado la sociedad, aunque a veces, sí suena algo antiguo:
Dulce et decorum est pro
patria mori (Dulce y honorable es morir por la patria).
Tal vez por eso, por ser
demasiado actual, ha molestado a alguien, y se ha decidido terminar con
Horacio. El problema es que el afectado es…
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