Hace un par de semanas me
llamó la atención la imagen que acompaña estas líneas, detalle de la portada de
Libertad Digital correspondiente a la sección de Opinión destacando los artículos
que así tienen a bien. La imagen en cuestión corresponde al pasado 29 de abril,
domingo, a las 20:47. Una imagen similar se repitió al domingo siguiente, a las
20:49. Poco después, en ambos casos, la ventana se actualizó del modo que se puede ver a través de la hemeroteca del periódico.
De lo que me he dado
cuenta este fin de semana es de otra cosa, también similar. Si observamos la
portada de los distintos sábados, en la versión última, que es a la que se
accede a través de la Hemeroteca del periódico -por ejemplo, la del 24 de marzo,
víspera de las elecciones regionales en Andalucía y Asturias-, y las comparamos
con la del 28 de abril y siguientes sábados, se llega a la conclusión de que
son distintas… las características de la ventana de Opinión:
¿Dónde está el artículo-río
de César Vidal?
¿Por qué ha tenido desde
siempre los honores de portada, sin desaparecer en ningún momento, siendo
relevado matemáticamente cada noche del domingo (salvo una vez, precisamente el
día de las elecciones, en que el relevo llegó el lunes), hasta el sábado 28 de
abril -y desde entonces, cada sábado también desaparece-?
Tal vez la explicación se
deba a lo sucedido el 26 de abril.
Dentro de una larga e
interesante entrevista en Jot Down de Fernando Olalquiaga a Federico Jiménez
Losantos, se tiene en cierto momento:
“P- ¿No le pega más a un
liberal ser protestante? Es decir, ¿los Estados Unidos serían lo mismo si
hubieran sido católicos en vez de protestantes?
R- Eso es discutible; los
protestantes se dan mucho pote. Hay países protestantes que son una basura. Por
ejemplo, en Brasil hay muchísimos millones de protestantes y salvo Kaká no he
visto a nadie de fuste. Y a Kaká le estafó su jefe —protestante, por cierto—
seis millones de dólares recientemente, y ha abandonado la secta. Quiero decir
que no es cierto que las diferencias teológicas entre protestantismo y
catolicismo sean tan importantes. Yo creo que ahora le preguntas a cualquiera
que vaya a misa a un servicio protestante en qué consiste el misterio de la
Santísima Trinidad y no sabe contestarte. Y no sabe si está a favor o en
contra. La religión se ha vivido como dogma, como teoría, como teología, en
otra época de una manera “a vida o muerte”. Ahora no es que no se viva “a vida
o muerte” que me parece muy bien… salvo los islamistas, que esos es siempre “a
muerte”. Contra los otros y ellos a vivir… bien es verdad que con las
huríes…permanentemente vírgenes, que parece una incomodidad, y ya eso la
convierte en una religión poco deseable. La religión ahora tiene un perfil
mucho más difuso y hay buena parte de la religión, como pasó con mi generación,
educados digamos en lo que se llamó nacional-catolicismo, que en la izquierda o
en la derecha conservan los valores católicos: la humildad, el no abusar del
débil, el ayudar al que no se puede valer… en fin, lo que es la caridad en un
sentido amplio. Yo creo que el protestantismo tiene esa parte casi convertida
en industria. Nadie da más dinero para los pobres de todo el mundo que los
protestantes norteamericanos. Nadie ayuda más a la gente. Los protestantes
tienen una fe mucho más clara, mucho más fuerte. Pero ya digo, como yo no la
tengo… el liberalismo moderno no nace con los protestantes, que nunca lo fueron
al principio. Nace en la Escuela de Salamanca con los teólogos católicos
españoles, a quienes luego copia la Escuela Austríaca. Hay una frase
maravillosa de Luis de Molina, el que teorizaba el regicidio, que decía que al
príncipe cristiano que bastardea el valor de la moneda hay que matarlo. Hay que
decirle primero que no lo haga y luego hay que matarlo, porque eso de devaluar
—que es lo que hacía metiendo estaño en vez de plata— es robarles a los pobres
en sus bolsillos. Y en cuanto al valor justo de las cosas —que siempre es la
gran cuestión— decía Fray Tomás de Mercado —un gran pre-economista, teólogo,
etc.— que el valor justo de las cosas depende de la participación de tantas
personas (las que eligen, las que demandan, las que ofrecen, a cómo se cotiza,
lo que cuesta el viaje, etc.) que sólo lo sabe Dios. Sólo Dios sabe el valor
justo de las cosas. Los mortales tenemos que conformarnos con el precio del
mercado.”
Y si no es parte de la
explicación, desde luego, coincide en el tiempo.
Y ya se sabe que las
coincidencias… no existen.
Créditos:
Imagen de detalle del
pantallazo de la portada de Libertad Digital del 29 de abril a las 20:47.
Entonces... ¿significa esto que le han dado un tironcillo de orejas al Predicador?
ResponderEliminarY, de ser así; ¿cómo lo llevará Su Señoría en su arrogancia protestante?
Sigue más arrogante.
ResponderEliminarPor cierto, creo que no debe referirse a una entrada mía de hace más de un año cuando habla de "aquellos que han llamado al boicot de mis libros". Pero lo mismo es que su ética protestante le hace conducirse como los bancos: si no gano lo que quiero, es que pierdo.
Sobre la primera pregunta, bien sabes que no hay que confundir el 'significante' con el 'significado', aunque no sé bien qué quiero significar con esto ;-)
Un saludo.
Muy interesante la entrevista en JotDown con El Pequeñín de Teruel. La leí hace días pero se me olvidó enlazarla, menos mal que tú lo has hecho.
ResponderEliminarEl periódico LD lo tengo un poco olvidado. Debe ser que asocio ahora LDTV con TeleTienda y hago lo mismo con el periódico.
Un saludo