lunes, 5 de marzo de 2012

Un grito (y muchos otros) que ¿escuchamos?

El 14 de julio de 2009, tras varias horas de cosecha en el campo, Asia Bibi tuvo sed, se acercó a un pozo y bebió. En ese momento, una vecina gritó que el agua era de las mujeres musulmanas y la estaba contaminando. El tono de la disputa fue subiendo hasta que surgió una acusación: "¡Blasfemia!". En Pakistán, esa palabra significa muerte. La suerte de Asia estaba echada. Tras propinarle una brutal paliza, la encarcelaron. Un año después fue condenada a la horca. Hoy, a la espera de una apelación, se pudre en una celda sin ventana. Su familia ha tenido que huir del pueblo, amenazada por los extremistas. Los dos hombres que quisieron ayudarla, el gobernador del Pendjab, musulmán, y el ministro de las Minorías, cristiano, han sido asesinados. Desde el fondo de su prisión, Asia Bibi nos cuenta cómo era su vida antes de aquel incidente y cómo es ahora. Una historia que la ha convertido en icono mundial para cuantos luchan por la libertad religiosa.

Afortunadamente para el resto de la Humanidad, Asia Bibi ha podido tener, durante su cautiverio en la prisión de Sheikhupura, las visitas de una persona, la periodista francesa Anne-Isabelle Mollet, cuyo resultado es el libro ¡Sacadme de aquí!

Mañana martes, a las siete de la tarde, la periodista realizará la presentación del libro en Madrid, en la sede de la Fundación Papal Ayuda a la Iglesia Necesitada (C/ Ferrer del Río, 14), la cual ha participado en la edición del libro.

Un testimonio más, junto con la carta de Asia Bibi a su familia que ya puso a nuestra disposición nuestro amigo Bate, que nos muestra cómo, a pesar de todos los pesares, en España y en Occidente en general, los cristianos y en particular los católicos, aún no estamos sometidos a estas pruebas de fe.

Créditos:
Portada de ¡Sacadme de aquí!, y resumen sobre el libro, tomados de la ficha de la editorial LibrosLibres.

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