martes, 27 de marzo de 2012

En un país multicolor: Se os concederán los deseos

Después de decir que los impuestos son negativos para la prosperidad de los españoles, sube el IRPF.

Después de denunciar la rendición ante los terroristas, mantiene los tratos con partidos filo o abiertamente pro terroristas.

Después de criticar la manipulación de RTVE, mantiene los equipos directivos para que sigan haciendo lo mismo.

Después de dar ánimo a las víctimas del terrorismo, les da… la espalda.

Después de…, …

Una de las cosas que se ha reprochado al electorado español es su fidelidad a los colores, impasible el ademán ante cualquier cosa que éstos hicieran. Este domingo con motivo de las elecciones regionales en Andalucía, se ha visto que la cosa va cambiando.

Dejémonos de comparaciones con las elecciones de 2008 que están muy lejos, y ha llovido mucho desde entonces. Comparando con lo calentito de las elecciones de noviembre de 2011, se tiene la realidad de que en esta ocasión han votado al Partido Popular 1.567.207 personas frente a 1.985.612 personas que lo hicieron hace tres meses. Es decir, 418.405 personas han decidido (hablando pronto y mal), no votar al Partido Popular, posiblemente como consecuencia de los ‘después’ relacionados y alguno más, y, presumiblemente, al carecer de una alternativa fiable, han decidido no votar.

En resumen, pues: creo que podemos estar contentos de que la gente haya empezado a cuestionarse el voto, sea cambiándolo o sea quedándose en casa. Al fin y al cabo, es una decisión en uso de la libertad personal.

Si además de eso, también queremos asegurar el resultado de las elecciones, entonces se trata de otra cosa. La democracia, tal y como en general está organizada, en definitiva, es esto: se suman los votos y gana el que tiene más.

Por cierto, el número de votantes ahora ha sido de 3.876.780 mientras que en noviembre fue de 4.403.048, es decir, que ha descendido en 526.268, descenso superior sólo en 107.863 personas al sufrido por el Partido Popular en votos, cifra ésta algo superior al descenso (78.743 votos) también sufrido en estos tres meses por… Unión Progreso y Democracia (un 37,8% que se dice pronto).

¡Ah, otra cosa! A quien guste de los porcentajes (que sin clara referencia a los valores absolutos no indican nada útil): un incremento de votos curioso (44%) ha sido el de Falange Española y de las J.O.N.S. (sí, 2.393 votos, pero el porcentaje ya lo quisieran otros).

Créditos:
Datos tomados del especial de Libertad Digital sobre las elecciones en Andalucía (marzo de 2012) y de la página del Ministerio del Interior (Andalucía-Congreso de noviembre de 2011).

2 comentarios:

  1. Después de mis Si después... estuve reflexionando respecto a lo que ha ocurrido en Andalucía y llegué a una conclusión parecida a la tuya.

    Sin embargo..., caray, sin embargo, frente a esos depués del PP que mencionas ahí arriba están los 30 años de socialismo que han dejado esa pobre región a los pies de las mulas (ni siquiera de los caballos), sin contar con el daño que el socialismo andaluz hace al resto de España con todo lo que de ella chupa
    (aunque suene mal, utilizo ese verbo porque, al fin, es la realidad y no voy a ponerme políticamente correcta cuando tanto critico esa forma de expresión).

    En fin, Posodo, que ya no albergo dudas viciosas y por eso me he retirado de las radios, las teles, los periódicos..., y ya sólo hago caso al Scrivener.

    Que me esquilmen a impuestos, incrementen mi jornada laboral, hagan huelgas, ofendan, protesten, digan necedades, tomen el pelo al personal, insulten la inteligencia.... ¡Paso del mundanal ruido!

    Saludos.

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  2. Bueno, S.Cid, pues ya tenemos el análisis de las elecciones andaluzas de nuestro amigo el predicador. Como era de esperar, la culpa es de la Fe Católica.

    (¡Qué diferencia con el análisis, en ese mismo diario, de Serafín Fanjul!)

    ¡Ah! Y citando como argumento de autoridad, la opinión contra el catolicismo de Pedro Tena, quien, a pesar de saber tanto de telarañas, mantiene la defensa de Javier Arenas.

    Sigamos con estos análisis, y llegaremos a estas conclusiones del predicador en su artículo de hoy:
    «Temo que la única salida es diagnosticar los males, captar su origen indiscutible y proceder a curarlos de raíz porque mientras España –y no sólo Andalucía– persistan en ellos no habrá salida de males que nos aquejan desde hace siglos.»

    El destacado en negrita es mío. Lo que no sé es qué entiende por "curarlos de raíz" cuando, según él, la causa es una opción de la libertad de conciencia. O es que la conciencia católica... no toca.

    Un saludo.

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