martes, 8 de noviembre de 2016

Echando cuentas... y cuentos

Hace cuatro años (y dos días) tuvo lugar en Estados Unidos la quincuagesimoséptima elección presidencial. En aquella ocasión hubo 129.085.410 votos, que en más de un 98% se decantaron por uno de los dos principales candidatos: Barak Obama y Mitt Romney.

En realidad lo que se vota no es el Presidente sino la composición del Colegio Electoral, cuyos integrantes son quienes efectivamente votan (allá por diciembre) al Presidente (es decir, es una elección indirecta).

La composición del Colegio Electoral se dividió de modo que un total de 332 votos electorales eran favorables al entonces Presidente, Barak Obama, y 206 votos a favor del candidato, Mitt Romney.

Como se ve, la diferencia resultó apreciable: redondeando, un 62% frente a un 48%. Sin embargo, el reparto de los votos populares fue más ajustado: 51% frente a 47%.

Aunque podría parecer que los dos puntos que fueron a otros candidatos sin recompensa en el Colegio Electoral, tuvieron mucha más importancia en el resultado, no fue así. Por ejemplo, en Florida, donde, porcentualmente, el resultado fue más ajustado, hubo 72.976 votos a otros candidatos, pero la diferencia a favor de Obama fue de 74.309 votos, por lo que no hubo opción a que influyeran.

Sin embargo, se puede hacer otro planteamiento, aunque también relacionado con un cambio de voto.

Si ‘elegimos’ bien los estados, tendríamos que con que unos 68.000 votantes hubieran cambiado su voto de Obama a Romney en Nevada, unos 74.000 en Florida, 149.000 en Virginia y 166.000 en Ohio, hubieran cambiado de color los 6 votos electorales de Nevada, los 29 de Florida, los 13 de Virginia y los 18 de Ohio. En resumen, que con que 457.000 votantes hubieran cambiado de voto, Romney habría conseguido 66 votos más, lo que con los 206 obtenidos en otros estados, le hubiera permitido superar la cifra de 270 votos en el Colegio Electoral que le hubiera supuesto la Presidencia.

El caso es que estos 457.000 votantes representaban el 0,35% del total nacional de votos emitidos.

La conclusión es: ¿qué encuesta, de ámbito nacional, es capaz de ofrecer esta precisión?

Por eso, que a la cita de hoy haya llegado Donald Trump con un punto más que Hillary Clinton, o al revés, aparte de darle emoción al tema, ayuda para escribir sesudos análisis cosas como esta anotación.

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