martes, 22 de abril de 2014

Sobre la pura razón de la anotación

Alemania, 1780. En medio de una batalla entre mentes ilustradas, sectas y bandas criminales, el joven médico Nicolai Röschlaub es el encargado de investigar una serie de muertes enigmáticas. Mientras tanto, los carruajes del servicio de correos están siendo atacados de forma arbitraria: no se roba nada ni se mata a nadie; sencillamente se les prende fuego, con todo lo que transportan, tras obligar a abandonarlos a quienes viajan en ellos. ¿Pueden estos dos fenómenos estar conectados?
Nicolai se dará cuenta de que el caso es más siniestro de lo que había sospechado cuando descubra que lo que los asaltantes pretenden evitar es la publicación de la Crítica de la razón pura, de Immanuel Kant. A partir de entonces, la misión del joven médico será salvar de las llamas el libro, una expresión del pensamiento ilustrado llamada a abrir el camino hacia la modernidad.

Hace un par de días comencé a leer esta novela, aunque el objeto de la anotación no es hablar de ella.

Tampoco es objeto hablar sobre si efectivamente hubo o no problemas de tal envergadura para la publicación de la obra de Kant; o si se trata sólo de una licencia literaria para elogiar esa “expresión del pensamiento ilustrado llamada a abrir el camino hacia la modernidad”.

Menos aún sobre si efectivamente la obra se trata de un “pensamiento ilustrado” o sobre cuál es el concepto de “modernidad” que se generara tras ella. Entre otros motivos, dos fundamentales: no recuerdo nada de cuando lo estudié (y no voy a molestar a mi hija para que me lo explique); y no he leído la obra.

El motivo de la anotación es mucho más sencillo, aprovechando la coincidencia (o no) de la lectura:

Hoy se cumplen 290 años del nacimiento de Immanuel Kant.

(Tampoco es motivo de la anotación proponerme leer la obra para celebrar el tercer centenario. Pero no prometo nada. Tampoco.)

Créditos:
Extracto del texto de la contraportada de El libro en el que desapareció el mundo, de Wolfram Fleischhauer (novela publicada en 2003), tomado de la primera edición realizada en noviembre de 2011 por Ediciones B, de la biblioteca del autor.

domingo, 20 de abril de 2014

«¿Por qué buscáis entre los muertos…


… al que está vivo?»

¡ALELUYA!

Créditos:
Entre el título y el cuerpo, transcripción parcial del Evangelio según San Lucas (24, 5), tomada de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
Fotografía de la Resurrección del Señor, altorrelieve de alabastro de Gregorio de Biguerny (principios del siglo XVI), en la Capilla de la Resurrección, en la Catedral de Valencia, en agosto de 2010, del autor.

sábado, 19 de abril de 2014

De estreno un Sábado de Gloria

«F: Con toda esta información, estamos en condiciones de capturar al delincuente antes de haber cometido el crimen.
A: Yo creía que primero era el crimen y luego el castigo.
F: No podemos esperar tanto.»

Ésta es la transcripción aproximada del diálogo entre el Coronel Furia y el Capitán América, en la película recientemente estrenada Capitán América: El soldado de invierno, que esta tarde mi hijo y yo hemos visto en el cine.

Toda esta información’ es, sencillamente, TODA, incluso las notas del colegio, como señala expresamente el Coronel Furia. Lo que me ha recordado lo que leí no sé dónde, en el sentido de que una persona que nunca hubiera hecho nada en internet, aún así, ahí estaba: Google y los demás buscadores la encontrarían en algún boletín oficial, en alguna página de su empresa,… Y eso, en donde la búsqueda es legal. Ahora se trata de imaginar todos los archivos donde una persona figura, por muy confidenciales que sean,… sobre todo, si se trata de archivos de la Administración,… que sí, que no se pueden cruzar datos y todo eso,… hasta que se hace.

Y para eso, están las películas, para hacerlo.

Y así, detectar a los ‘malos’ y cogerlos: ¡Viva la Seguridad en la que podemos disfrutar de nuestra Libertad!

Hasta que llega un momento en que quien decide quiénes son los malos… es un malo.

Pero menos mal que todo esto son películas, ¿verdad?

¿Número…?

El 90.

Es decir, que hace 90 años se fundó la Compañía Telefónica Nacional de España, donde el socio tecnológico era la americana ITT, y los financieros los Bancos Urquijo e Hispanoamericano.

De esta manera, quedó el camino abierto para que a finales de aquel agosto, el gobierno (entonces la Dictadura de Primo de Rivera) diera la concesión monopolística del servicio telefónico a una empresa “española”.

Y el resto de compañías telefónicas que entonces había,… pues eso, se quedaron sin línea.

Créditos:
Fotografía de la construcción del rascacielos de la Telefónica, en la Gran Vía de Madrid (allá por 1926), tomada de ABC, retrato de España. 110 años de historia en mil imágenes, de la biblioteca del autor.

jueves, 17 de abril de 2014

Non mea voluntas, sed tua fiat

Se apartó de ellos como un tiro de piedra, y puesto de rodillas oraba diciendo: «Padre, si quieres, aparta de mí este copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya.» Entonces se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba. Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra.

Créditos:
En el título, transcripción de la segunda mitad del versículo 42 del capítulo 22 del Evangelium secundum Lucam, tomada de la Biblia Vulgata, en edición de Colunga-Turrado, publicada por Biblioteca de Autores Cristianos (duodécima edición, de 2005), de la biblioteca del autor.
Transcripción del Evangelio según San Lucas (22, 41-44), tomada de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
Fotografía de la Oración del huerto, óleo sobre tabla de Felipe Pablo de San Leocadio, de la primera mitad del siglo XVI, en el Museo de Bellas Artes San Pío V, en Valencia, en mayo de 2013, del autor.

Un último descanso

El 26 de marzo llegaron dos oficiales de la Luftwaffe al Stalag Luft III con un mandamiento judicial en el que se acusaba a Von Lindeiner de incompetencia y se le relegaba de sus funciones. Tres días después cayó presa de graves palpitaciones, aunque pudo recuperarse gracias a la oportuna intervención de un médico. (…)
El nuevo Kommandant era otro oficial que compartía el molde caballeroso del comandante Rumpel y el coronel Von Lindeiner. El coronel Braune parecía estar también incómodo en su papel de «vulgar carcelero» pero es de suponer que, al igual que sus predecesores, no dispuso de ninguna alternativa.

Durante los dos meses siguientes fueron llegando al Stalag Luft III las urnas que contenían los restos incinerados de los cincuenta. Para entonces, Von Lindeiner se encontraba ya en la mansión de Jeschkendorf para preparar su causa. Tenía que enfrentarse al poder formidable del régimen nazi y en aquellas circunstancias era difícil presentar una defensa. En un momento tan delicado para él el anciano coronel encontró tiempo para pensar en los que fueron sus prisioneros y pagó el material y las herramientas necesarios para que erigieran un monumento en memoria de los cincuenta.

En diciembre [de 1944] se había terminado de erigir el monumento de homenaje a las 50 víctimas frente al campamento, y poco después se viviría en el Stalag Luft III el que debió ser uno de los episodios más extraordinarios de la guerra. El 4 de diciembre se ofició una ceremonia de conmemoración. Entre el pequeño grupo de asistentes se encontraban oficiales superiores de la Luftwaffe en la Kommandantur y una guardia de honor compuesta por soldados alemanes, el capitán de grupo Wilson y 15 oficiales en representación de cada una de las nacionalidades de los fallecidos. A la ceremonia, presidida por un sacerdote anglicano y otro católico, asistieron también dos miembros de la Legación Suiza en representación de la potencia protectora. Al término, un corneta del Recinto Norte tocó el Last Post• y la guardia de honor alemana disparó una salva al helado cielo de Silesia. Pocos homenajes rendidos por parte de un bando a otro en la Segunda Guerra Mundial deben haber sido más emotivos que éste.

• El último toque del día, que señalaba a los soldados británicos el fin de la jornada y que, del mismo modo, en los funerales invitaba a los caídos a descansar tras una vida de servicio. (N. de los T.)

Aunque no se cumpla aniversario alguno, entiendo que este recuerdo no desentona hoy, Jueves Santo, Día del Amor Fraterno.

Créditos:
Cubierta y extractos de La gran evasión, de Tim Carroll, según traducción de Daniel Cortés Corona y Soledad Alférez Ródenas, tomados de la edición en rústica realizada en abril de 2007 por Inédita Editores (pp. 277, 280 y 282), de la biblioteca del autor.

miércoles, 16 de abril de 2014

Y ahora, ¿dónde los pongo?: De Ferias… y fiestas familiares

Porque siempre es la Feria ocasión de recuperar tiempos antiguos.








O tras una espera por y para un cumpleaños.








O con motivo de una festividad importante.

(Y, mientras, hacemos tiempo, que no sitio, para dentro de una semana.)

Créditos:
Cubiertas de los libros en cuestión (y una dedicatoria).

martes, 15 de abril de 2014

Que la libertad levante el vuelo

Cuando volvió al nido, con un gusanito en la boca, el jilguero no encontró a ninguno de sus hijitos. Alguien, durante su ausencia, se los había robado.
El jilguero empezó a buscarlos por todas partes, llorando y trinando; todo el bosque resonaba con sus desesperados reclamos, pero nadie respondía.
Un día, un pinzón le dijo:
- Me parece que he visto a tus hijos en casa del campesino.
El jilguero voló lleno de esperanza, y en poco tiempo llegó a casa del campesino. Se posó en el tejado: no había nadie. Bajó a la era: estaba desierta.
Pero al levantar la cabeza vio una jaula en la ventana. Sus hijos estaban dentro, prisioneros.
Cuando lo vieron, agarrado a los palos de la jaula, se pusieron a piar pidiéndole que los libertase. Él trató de romper con el pico y las patas los barrotes de la prisión, pero fue en vano.


Entonces, llorando con desconsuelo, los dejó.
Al día siguiente volvió el jilguero de nuevo a la jaula donde estaban sus hijos. Los miró. Después, a través de los barrotes, los besó uno tras otro, por última vez.
Había llevado a sus crías una yerba venenosa, y los pajaritos murieron.
- Mejor morir –dijo– que perder la libertad.

Hasta aquí, el relato El jilguero de Leonardo de Vinci, recogido en el llamado Códice H, con la referencia Jilguero, 63 v.

La frase final del jilguero queda, no se puede negar, muy contundente.

El problema que le veo es que quien la pronuncia es el único que sigue en libertad… y vivo. Lo que me recuerda a aquellos que por la libertad (reclamada, en general, para el pueblo), están dispuestos a que se luche infatigablemente … pero por parte de otros.

Hubiera quedado mejor el relato con el jilguero lanzándose en vuelo picado contra la jaula, reventándola con el golpe, pudiéndose escapar las crías, y él quedando dentro, muerto en el sacrificio, tras, eso sí, pronunciar la frase famosa.

Pero no seré yo quien le enmiende un relato a Leonardo de Vinci.

Y menos aún el día en el que hubiera cumplido 562 años.

Créditos:
Transcripción del relato El jilguero, tomado de Fábulas y leyendas de Leonardo de Vinci, según traducción de María Teresa León y Rafael Alberti, tomada de la edición realizada, con autorización de Ediciones Nauta, por Círculo de Lectores en 1973 (pp. 24-25), de la biblioteca del autor.
Ilustración del relato, de Adriana Saviozzi Mazza, en la referida edición.

lunes, 14 de abril de 2014

… ¿al último en la tribuna?

Con independencia del hálito romántico que pueda impregnar tanto la novela de Bulwer-Lytton como la ópera de Wagner, con la consiguiente diferencia respecto de lo que realmente sucedió, la historia de Cola di Rienzo, o Rienzi, nos recuerda lo voluble que se muestra la opinión de los grandes grupos de personas.



De este modo, se pasó de las grandes aclamaciones y los entusiásticos apoyos al último tribuno de los romanos, a, en poco tiempo, llenar Roma con los gritos contra ese mismo tribuno, y su caída en desgracia ante ese pueblo que unos meses antes lo había ensalzado como defensor suyo frente a personas y poderes despóticos.

Que aquellos hechos sucedieran a mediados del siglo XIV no quita que las tendencias hayan cambiado: como bien se le hace decir al personaje de Esteban de Colonna, los vaivenes de la vida y de la política «son como olas del mar, que van y vienen».


Visto que en Roma hay quien sigue aplicándose contra la política italiana (y sus vaivenes), esperemos que una letra no sea la única diferencia que haya entre aquel Rienzi y el actual Renzi.

Más que nada, porque Cola di Rienzo murió asesinado por la turba.

Créditos:
Grupos de viñetas de Rienzi, adaptación en formato de tebeo de la homónima novela de Edward Bulwer-Lytton, con texto de Cassarel e ilustraciones de Carlos Sanchís Tortosa, publicada por Editorial Bruguera en 1977 como nº 111 de la colección Joyas literarias juveniles, y recogida en el volumen número 50 de la nueva colección Joyas literarias juveniles, publicada por Editorial Planeta DeAgostini entre 2009 y 2010, de la biblioteca de los hijos del autor.
Fotografía de la estatua de Rienzi, obra de Girolamo Masini de 1887, situada en el Campidoglio, en Roma, cerca del lugar donde fue asesinado, de septiembre de 2011, del autor.

domingo, 13 de abril de 2014

Del último tribuno…

Basada en la novela de Edward Bulwer-Lytton del mismo título, Richard Wagner estrenó en el otoño de 1842 Rienzi, el último de los tribunos, más conocida, simplemente, como Rienzi, ópera que, también a su vez, es más conocida, prácticamente, sólo por la Obertura.


Por esas cosas del idioma, el apellido de Cola (o Nicola) se expresa como Rienzi o Rienzo. Y por esas cosas de la historia, en Roma, el actual Gobierno está presidido por Matteo Renzi.

Como vemos, también hay una letra de diferencia.

Y, de momento, también está siendo muy conocido por cómo comienza.

¡Zas, en toda la lengua!

Hace sus tres años y medio, publiqué una anotación sobre el sinsentido que se llevaba en Valencia en los relativo a la rotulación de las calles, tanto en lo que suponía tapar unas placas con otras, como en cuanto al idioma utilizado en la rotulación.

Pues bien, hace unos días me llamó la atención una cosa en la calle Pelayo, cuyo nombre supongo que se referirá a Don Pelayo, adalid del núcleo inicial de la Reconquista allá por Asturias, en una época en que aún se hablaba en latín, y las lenguas romances estaban comenzando a apuntar.

Como podemos ver, aún quedan placas históricas (lo digo por ser en cerámica azul), donde figura el nombre en español, aunque todas las renovadas de un tiempo a esta parte tienen la rotulación en valenciano, y «Pelayo» se ha convertido en «Pelai».

Entiendo que, a pesar de quien era el homenajeado con la calle, no deja de ser pertinente lo del idioma valenciano en una calle donde vivió y murió Constantino Llombart, “impulsor de la Renaixença valenciana i fundador de la Societat d’Amadors de les Glòries Valencianes”.

Esto lo sé pues en la fachada del número 32 de la calle figura una placa donde se conmemora esta circunstancia, placa que está redactada totalmente en valenciano.


Bueno, toda no: la calle se llama «Pelayo».

Créditos:
Fotografías de las placas de la calle Pelayo, y de la placa conmemorativa de homenaje en dicha calle, en Valencia, en abril de 2014, del autor.

Corrigiendo que es gerundio

De un tiempo a esta parte, observo que en los medios profesionales existe una total ausencia del prurito de corregir los textos, no ya en cuanto a estilo, que sería el súmmum, sino ni siquiera en la mera escritura. Ya es triste ver que en las ediciones en internet de los periódicos el desprecio a una buena escritura campa sin control, pero es que la edición de libros adolece del mismo defecto (y, encima, cuesta dinero comprar un libro).

Por eso, me agradó ver que en uno de sus articulitos en Libertad Digital Amando de Miguel tratara brevemente el tema (aunque sin gran éxito entre los comentaristas del artículo).

Así pues, no tendremos más remedio que, si no queremos amargarnos, retroceder a principios del pasado siglo, y refugiarnos en Xaudaró.


Créditos:
Viñeta de Xaudaró, publicada en Blanco y Negro, tomada del tomo III de la colección Chistes de Xaudaró, publicado por Prensa Española, sin fecha, de la biblioteca del autor.

viernes, 11 de abril de 2014

Y ahora, ¿dónde los pongo?: Aunque de hace tiempo, es su tiempo

Cuestiones de la reciente Historia.









Y cuestiones de la Historia de siempre.

Créditos:
Cubiertas de los libros en cuestión.

Dolores de Vida

«Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción –¡y a ti misma una espada te traspasará el alma!– a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»

Ésta fue la profecía que el anciano Simeón dirigió a María tras «ver con sus ojos la salvación del Señor», es decir, Jesucristo, cuando en el Templo de Jerusalén se encontró con Él y sus padres, quienes se habían acercado allí con el Niño para presentarlo al Señor.

En realidad, esta profecía fue la primera de las siete espadas o Dolores de la Virgen, cuya relación, según la tradición , como se refleja en el cuadro (aunque los dos primeros con el orden cambiado), es la siguiente:

La profecía del anciano Simeón.
La huida en Egipto.
El niño Jesús perdido.
María encuentra a Jesús cargado con la Cruz.
María al pie de la cruz.
María recibe en sus brazos el cuerpo difunto de su hijo.
Sepultura de Jesús y Soledad de María, nuestra Madre.

Vemos que los tres primeros dolores son durante la infancia de Jesús, y los cuatro restantes, todos en un mismo día, el Viernes Santo. De ahí, supongo, que una semana antes se celebrara el Viernes de Dolores, con la festividad de la Virgen de los Dolores (aunque luego ésta se trasladara al 15 de septiembre), día en el que se suelen iniciar todos los actos de la Semana Santa.

Semana que, ahora, simplemente, es tiempo de vacaciones: un nuevo, el octavo, dolor.

Créditos:
Extracto del Evangelio según San Lucas (2, 34-35), tomada de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
Fotografía de la Virgen de los Dolores, óleo sobre tabla, de la Escuela de Llanos, del siglo XVI,, en el Museo de Bellas Artes San Pío V, en Valencia, en agosto de 2013, del autor.

jueves, 10 de abril de 2014

Basado en chistes reales

«- A ver, niños. ¿La ‘M’ y la ‘O’?
- ¡MO!
- ¡Muy bien! ¿La ‘T’ y la ‘O’?
- ¡TO!
- ¡Venga, otra vez! ¿La ‘M’ y la ‘O’?
- ¡MO!
- ¡Muy bien! ¿La ‘T’ y la ‘O’?
- ¡TO!
- ¡Perfecto! ¡Ahora, todo junto!
- ¡A-GUI-RRE!»

[Nota aclaratoria (y posiblemente innecesaria):
Hace una semana, Esperanza Aguirre se vio implicada en un problema de tráfico, como resultado del cual, una moto acabó en el suelo.]

miércoles, 9 de abril de 2014

Nada secundario en el reparto

Casi irlandés como el Sargento Mayor Michael O'Rourke en Fort Apache; o irlandés del todo como el padre Peter Lonergan, en El hombre tranquilo (The Quiet Man); o tejano aunque también clérigo, como el Reverendo Capitán Samuel Johnson Clayton, en Centauros del desierto (The Searches); o yankee, como Tom, el capitán que, azorado, se disculpa ante Rett Butler y las damas sureñas, al forzar involuntariamente que le dieran una excusa ‘de hombres’, en Lo que el viento se llevó (Gone with the Wind); o como Morgan, hermano de Wyatt, los Earp de Pasión de los fuertes (My Darling Clementine); o como muchos otros personajes en numerosas películas.

Como vemos, en la carrera cinematográfica de Ward Bond hubo papeles que no pasaron nada desapercibidos,…


… aunque protagonizara el más delicado disimulo de la historia del cine.

Hoy, hubiera cumplido 111 años.

lunes, 7 de abril de 2014

Que parezca un cineasta



Hoy, cumpliendo 75 años.

viernes, 4 de abril de 2014

Cómo me enfadé con vuestros guionistas

El pasado lunes, día 31, terminando el mes de marzo, terminó la serie Cómo conocí a vuestra madre, con la emisión por la CBS del último capítulo de la novena temporada.

Y este viernes, mi hijo pudo ver cómo acababa How I met your mother.


Y se acordó de alguna mother:
«¡Es un final horrible! ¡Por favor! ¡A la cárcel quien haya escrito esto!»

Le propuse un final alternativo… y me envió junto con los demás guionistas.

Este sueño ya está cantado

ADELA.- Entonces, ¿qué miradas te preocupan?
JULIÁN.- Otras, las que le envías a cierto tenor.
ADELA.- Pero ¿es posible que digas eso?
JULIÁN.- Te crees que soy tonto.
ADELA.- ¿Que yo miro a Anselmi?
JULIÁN.- La otra noche no le perdiste de los ojos.
ADELA.- ¿Dónde?
JULIÁN.- En el Real.
ADELA.- Pero, majadero, ¿a quién iba a mirar si estaba cantando?
JULIÁN.- Podías haber mirado a unos y a otros.
ADELA.- A la lámpara del techo, a los acomodadores, a ti, que estabas descosiendo una silla para ver si encontrabas chinches; a Pedro, que se había dormido e iniciaba un solo de ronquidos que desarrolló durante la romanza... Miraba a Anselmi, claro, porque
cantaba.

Es una pena que Pedro, en 1900, no hubiera llegado a conocer al doctor Bremón, del que se decía, allá por 1860:
LUISA.- ¡Una de las cosas que dicen que ha inventado es unas píldoras para no dormirse en la ópera!
CORUJEDO.- ¡Qué cerebro!
EMILIANO.-  Eso es más grande que lo del seguro de vida, señor Corujedo.

(Bueno, también puede ser porque la obra de aquél se estrenó dieciséis años más tarde que la de éste.)

El caso es que quien se ha ‘dormido’ he sido yo, y hasta hace unos días no he comprobado que la nueva temporada de ópera del Teatro Real de Madrid ya está anunciada.

Aunque lo único (nuevo) que encuentro en ella es, paradójicamente, la traviata.

Créditos:
Extracto del Acto Primero de El baile, obra incluida en Obras selectas, de Edgar Neville, edición preparada por él mismo, y publicada por Biblioteca nueva, en enero de 1969, tomado de una edición facsimilar (pág. 207), de la biblioteca del autor.
Extracto del primer acto de Cuatro corazones con freno y marcha atrás, tomado de Obras completas de Enrique Jardiel Poncela, Tomo I, según la séptima edición de AHR, de 1973 (pp. 889-890), de la bibliteca del autor.
Fotografía del publico, en patio de butacas y palcos, en el estreno de Fidelio, en el Teatro Real de Madrid, en abril de 2008, del autor.

miércoles, 2 de abril de 2014

No somos de piedra

Este pasado lunes el Presidente del Gobierno inauguró la reapertura del Museo Arqueológico Nacional, tras las obras de remodelación de los últimos seis años.

Según el titular de ABC, dijo que «El Museo Arqueológico nos identifica como un pueblo diverso y unido».

La obra famosa de don Claudio Sánchez Albornoz se titula España. Un enigma histórico.


No sé si tras las obras, seguirán estando, como hace años, ante la puerta del Museos, a tono con tal enigma, la pareja de esfinges.

Créditos:
Fotografía de una de las esfinges que flanqueaban el acceso principal al Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, en octubre de 2007, del autor.

martes, 1 de abril de 2014

¿Abril en marzo?

Este pasado domingo el periódico El Mundo publicó un avance del nuevo libro de Pilar Urbano, y como gestor de la exclusiva, llevó a la portada lo que consideró oportuno, destacando en el titular aquello que estimó de mayor relevancia. (Si no era ésa su intención, lo siento por ellos pues fue lo único que leí en el kiosco.)


Ya por la noche, pude comprobar que la decisión periodística que sobre el particular tomaba Libertad Digital era distinta. Aunque también destacaba lo que para ellos era más relevante, el titular era muy diferente. (De hecho, no recuerdo titulares tan destacados en mucho tiempo.)


Pero la culminación de la noticia se produjo al día siguiente, lunes 31. El periódico que disfrutaba de la exclusiva la desarrollaba de un modo asaz original: en la portada destacaba…


... nada de nada.

La lectura que, sencillamente, yo hice de ello es que ni siquiera El Mundo se creía lo que él mismo había publicado.

Claro que otra lectura que se podía hacer es que, también sencillamente, se trata de que, entre todos (no sólo los políticos, sino también los periodistas, o lo que ahora son, comunicadores, en sus distintos medios de contrainformación), los demás permanezcamos en medio de la niebla, donde las luces, más que iluminar, desorientan.

O puede que todo sea, más sencillo aún, un anticipo de la celebración que hoy, día 1 de abril, se hace en el mundo anglosajón con el nombre de April Fools’ Day, es decir, nuestro Día de los Inocentes.

Créditos:
Portadas de El Mundo, tomadas de la galería de imágenes de Libertad Digital, del domingo 30, y del lunes 31, de marzo de 2014.
Captura de pantalla de la portada de Libertad Digital correspondiente a la noche del domingo día 30, tomada de la hemeroteca del periódico.
Fotografía de la niebla existente en una avenida de Valencia, poco antes del amanecer de este lunes 31 de marzo, del autor.