miércoles, 31 de diciembre de 2008

Ésta es mi anotación centesimoprimera

vulgo, 101.

Como el pelaje de los dálmatas, este diario tiene sus manchas, pero creo que el aspecto general es bueno.

Por lo menos, yo me entretengo con él: recorro la ciudad intentando sacarle punta, comentando de vez en cuando la historia o la actualidad (aunque a veces las mezcle), comentado libros, películas o lo que se ponga a tiro.

Los lectores de este diario tendrán su propia opinión, que ya veré cómo poder pulsarla (aparte de los comentarios, los cuales aprovecho para agradecer... como se merecen,... no, es broma, muchas gracias a todos los que habéis dado vida al diario).

Y una pequeña reseña, aprovechando que tal día como hoy, curiosamente, se produjo un hecho técnico-histórico que mostraba la viabilidad, e inmensa utilidad de algo que tenemos tan asumido, que apenas le damos importantcia, salvo cuando no está, claro (de lo que también he dejado reflejo en este diario).

Me refiero a algo tan corriente como la electricidad (¿pilláis el chiste o dada la fecha ya estáis in progress?). En concreto, en 1879 se produjo en Menlo Park, en el estado de Nueva Jersey, la primera demostración pública de la bombilla incandescente inventada por Thomas Alva Edison (ya presentado en privado once días antes).

Al igual que Henry Ford (sí, se llama como los coches, ¡una casualidad!) en su obra Edison tal como yo lo he conocido, podemos decir (según la edición de M. Aguilar del 25 de diciembre de 1930):

"Se acostumbra dar a esta época el nombre de la Edad de la Industria.- Más bien la denominaríamos nosotros la Edad de Edison.- Porque él ha sido el fundador de la industria moderna en este país.-

Ha formado para nosotros un nuevo género de Declaración de Independencia.- La Declaración de la Independencia expresaba ciertos principios de libertad política.- La de Edison no está en las palabras.- Está en la naturaleza de un equipo de máquinas, con cuyo uso cualquiera de nosotros ha obtenido una medida más amplia de libertad económica de lo que antes se hubiera podido imaginar.-

Estamos sólo aprendiendo a utilizar las máquinas y los métodos que él nos ha dado.- Pero ya nuestra prosperidad general guía al mundo; y esto se debe al hecho de que hemos tenido a Edison.-
(...)
Una gran parte de la obra de Edison constituye ahora de tal modo una parte integral de nuestra vida, una cosa tan ordinaria, que a menudo olvidamos que se lo debemos a él.-

Su obra, no sólo ha creado muchos millones de empleos, sino que ha hecho cada uno de ellos más remunerador.-

Edison ha hecho más por abolir la pobreza que todos los reformadores y políticos desde el principio del mundo.- Ha proporcionado al hombre medios par valerse a sí mismo.-

Ciertamente es inútil, y sería tal vez imposible, el determinar si son sus actuales conocimientos o la fuerza de su ejemplo lo que ha sido de más valor para nosotros.-
"

Tal vez sea inútil y/o imposible determinar una cosa u otra. Lo que sí es cierto es que la fuerza de su ejemplo es algo, en esta rabiosa actualidad, que sí resulta totalmente útil.

No creo que el Sr. Edison estuviera esperando subvenciones para desarrollar la bombilla o esperando un Plan de Innovación para inventar el fonógrafo: se limitaba a tener iniciativa y a innovar, o sea, a ejercer de hombre libre.

Mientras, otros hay que como grandes innovaciones, se quitan la corbata, o nos enviarán, no se sabe cómo, una bombilla de bajo consumo (pues hay que ahorrar para poder malgastar en todas las necesidades logísticas que tal operación requiere -cómo se nota que nunca ha dependido de que le llegue algo imprescindible, sea desde Guadalajara o desde Vitoria). Con estos planteamiento el Dr. Arsuaga no sería paleontólogo, sino antropólogo, con un precioso despacho en cualquier cueva de Atapuerca, Altamira o Pallardó.

Pues nada, en la esperanza de que siga siendo posible que esta bombilla incandescente con rosca Edison, pueda encenderse todas las veces que sean necesarias, como símbolo de esa iluminación que confío que no nos falte, mis mejores deseos para este año 2009 que en seguida entra, que lleguemos al 2010, y a ver qué tal se presenta el 2011, o el 2012, o el...

martes, 30 de diciembre de 2008

¿Ya tenemos Plan?

Supongo que esta pregunta sería la más planteada hace veinte años, aquí, en Valencia, pues, según tengo entendido, el mes de diciembre de entonces fue bastante ajetreado en el Ayuntamiento, y en particular en el Área de Urbanismo, ya que vencía la suspensión de licencias que se había decretado para poder acometer la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, y estaba todo el mundo esperando para poder solicitar licencias de obra acordes al Plan del 66.

Finalmente, se consiguió que, tal día como hoy, el Pleno del Consell ratificara la resolución aprobatoria que dos días antes (menuda inocentada, ¿eh?) se había emitido por parte del Conseller competente.

Ahora que está en revisión, se me ha ocurrido hablar de ello, y lo ilustro con dos propuestas, una parcialmente ejecutada, y otra no, del Plan de 1912 (del que ya hablaremos en otro momento).

lunes, 29 de diciembre de 2008

... hasta el altar

A principios de diciembre de 1170, Enrique II Plantagenet, en referencia a Tomás Becket, arzobispo de Canterbury (quien por oponerse a la política del rey había estado durante cuatro años exiliado en Francia, y justo antes de regresar a Inglaterra, había dictado medidas eclesiásticas contra aquellos de la Iglesia que habían apoyado dicha política); Enrique II, digo, pronunció ante su corte, en uso de su real libertad de expresión, la frase: “¿No hay nadie entre mis servidores que vengue la afrenta que me inflinge este miserable sacerdote?

Mera pregunta retórica, como puede suponerse.

Mera coincidencia que posteriormente, el día 29 de diciembre, cuatro caballeros del séquito real, en la catedral de Caterbury, y al pie del altar, asesinaran al arzobispo.

Una vidriera de la misma Catedral de la que era arzobispo, recuerda este hecho, que le hizo merecedor de la palma del martirio.

Lo que no sé, es por qué extraño mecanismo mental, me ha venido a la memoria unas declaraciones (a las que nadie ha hecho mayor caso), y otras manifestaciones, las cuáles sí han creado escuela.

Lo que me recuerda el chiste del pastor, el tren y la juguetería (pero, por desgracia, no estamos contando chistes).

Los lunes, museos

Supongo que más de uno me dirá "Pero si los lunes precisamente es cuando están cerrados".

Sí, efectivamente es lo que, por ejemplo, figura en la puerta del Almudín, aquí en Valencia (la plaza que se refleja es la de San Luis Bertrán, sobre quien ya comentaré una cosa en otro momento).

Sin embargo, se ve que el horario es también uno concreto, y sin embargo, se gastan un montón de dinero en las Noches de los Museos, o como se llamen (horas extras, iluminación, propaganda,...)

Lo que yo me pregunto es lo siguiente:

El calendario laboral en España contempla 14 días festivos. En el caso concreto de la ciudad de Valencia, dos de estos días son lunes por definición (Lunes de Pascua y San Vicente Ferrer, que según bula papal, se celebra el siguiente lunes al de Pascua, para así poder hacerlo con todo el ceremonial que corresponde, ya fuera de Cuaresma y Semana Santa -recordemos que la celebración en el santoral es el día 5 de abril, día en el que casi puede asegurase que siempre cae en esas fechas).

Por tanto, de las 14 fiestas laborales, hay por lo menos dos con los museos cerrados. Y no se pueden abrir.

Sin embargo, sí se pueden abrir por la noche. Será para que los niños no molesten.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Ironía de los libros

Como ya he comentado en otras ocasiones, estoy reordenando mi biblioteca.

Uno de los libros es éste cuya portada acompaño. Al hacer la ficha, se abrió, el solito, de tal manera que pude leer lo que sigue (con la ortografía de la época):

DIMISIÓN.- Deseo de un destino mayor del que se tiene. Hay políticos á quienes les sale bien la cuenta y lo consiguen; los mas se quedan sin el que tienen y sin el que desean.
Esta cruel experiencia ha hecho que sean muy raras hoy dia las dimisiones. Solo la presenta el que sabe á ciencia cierta que va á ser destituido ó el que quiere probar que hace la guerra al gobierno que lo nombró cuando ve que la caida de este está muy próxima; asi se libra de caer también envuelto en su ruina.
Los ministros presentan siempre su dimisión voluntariamente, bien porque se los aconseja su conciencia política ó porque el mal estado de su salud no les permite continuar en el destino.Y luego dirán por ahí que los ministros carecen de abnegación y desprendimiento… merecian en castigo esos maledicentes que se les nombrase á ellos. Entonces verían por esperiencia el sacrificio que hacen algunos ministros que no dimiten por salvar la patria, y cobran 6.000 duros de sueldo contra lo que su conciencia les aconseja y el mal estado de su salud les permite.


El caso es que me ha venido a la memoria esto.

Por cierto, ¿he dicho que hoy es 28 de diciembre?

sábado, 27 de diciembre de 2008

Who lassos the Moon?

Hace poco hicimos referencia a la película "¡Qué bello es vivir!".

En ella hay una escena en la que el protagonista (recordemos, George Bailey) le ofrece a su novia, si quiere, enlazar la luna y traérsela. Este ofrecimiento está documentado y firmado, como puede verse, en imagen obtenida de un sitio donde estaba (si no, no la hubiera encontrado).

George consiguió, en cierta forma, echarle el lazo a la Luna, pero quienes sí “formaron” el lazo entre la Luna y la Tierra, y de hecho, la insignia de la Misión así lo refleja en un afortunado juego de imágenes, fue el equipo y la tripulación del Apolo VIII.

Sobre este viaje ya he hecho dos anotaciones, aquí y aquí.

Queda por hablar del momento humano, en concreto, de la tensión vivida en el Centro de Control.

Según cuenta Gene Kranz:

This was my first mission as FCD Chief. Success belonged to the team; failure was ultimately my responsibility. Even though I was not flying this mission, I went through the same emotional and physical process as my controllers. It was tough to stay away from the control center–and stay out of the way of the guys doing the job–especially during the final hours before Apollo 8. The team understood my anxiety and called me to report, «The count is on schedule and they are in fueling. Why don’t you have a beer and get some sleep. We’ll call if anything comes up»
(...)
In the early afternoon of December 23, after a brief countdown, a Mission Control wall clock clicked over to 00:00:000–‘all balls’ in the controller’s idiom–and civilization crossed another boundary. Now only 30.000 miles from the Moon the Apollo 8 crew had left Earth’s gravity field. At 2:29 PM Central Standard Time, mankind for the first time was capture by the Moon’s gravity. The celebration was brief; the pressure mounting, the controllers were already computing the critical lunar orbit insertion maneuver to be executed in fourteen hours.
(…)
As the final minutes counted down, cigarette smoke hovered above the consoles, the room silent.
«Apollo 8 you’re looking good…good all the way…ten seconds to loss of signal»
After a quick ‘atta boy’ from Bill Anders, the final words came from Jim Lovell: «We’ll see you on the other side» To the split second, a burst of static marked the expected signal loss. The first humans to see the ‘far side’ of the Moon were now on their own. It would be thirty-two minutes until we saw the crew again and we would know the maneuver result.
After the time passed for the first of the lunar orbit injection (LOI) maneuvers the controllers scattered to the rest rooms.
(…)
Unable to bear the tension, Cliff Charlesworth stood and muttered to Lunney and Kraft, «I gotta get out of there». Walking down three flights of stairs, he emerged from Mission Control, lit a Lucky Strike, and began a brisk walk around the two duck ponds in the central plaza of the Manned Spacecraft Center. Frustrated at his inability to control his emotions, he finished his second cigarette, and then purposefully strode back to Mission Control.
The controllers sat in profound silence, watching the clocks, waiting to see if the burn had come off, reviewing the few options available if it did not. Pavelka no longer checked and rechecked the data. He knew it was right. He also knew it was too late now to make any changes. Every controller’s mind focused on the one event we could only now see in our minds. Was the Apollo engine burning? Did we get a full burn? Did the crew wave off the LOI maneuver and were they now on a return path to the Earth? The minutes never seemed to end.
(…)
The time came and went, so we knew Apollo 8 had performed the LOI maneuver. The next question was, did we get the planned full burn? Eyes now switched to the second clock. Again, time seemed to hang suspended, unmoving. Suddenly the other clock’s numbers were all zeroes, and within a second of the time predicted, the ground controller announced, «Flight, we’ve had telemetry acquisition» The controllers murmured in relief, and a brief cheer broke out in the room. Apollo 8 was in the planned lunar orbit.
(…)
Borman, Lovell and Anders were in lunar orbit–another event in the sequence of firsts, a new plateau achieved.
With the tension and anticipation relieved, the Mississippi Gambler, Cliff Charlesworth, lit another Lucky, reached for his coffee cup, and said, «Anyone want any coffee? I’m buying!» I have never seen a broader smile on his face. As the lead flight director, he had pulled the planning, teams, and mission together and he had done it well.
The rest of us could only wonder, or guess, at how it felt to be the first humans to see the far side of the Moon, coasting silently, now barely sixty miles above the surface. (…) The viewing room was overflowing and the people gathered there stood and cheered wildly before making their own dashes to the rest rooms. Missions are tough on kidneys and bladders


El texto está tomado de la obra Failure is not an option, de Gene Kranz, editado por Berkley Books, Nueva York, en su edición en rústica de mayo de 2001, sólo un año después de la edición en tapa dura (abril de 2000). Como no incorpora fotos de la misión del Apolo 8, éstas las he tomado del libro Destination Moon. The Apollo Missions in the Astronauts’ Own Words, de Rod Pyle, editado por Harper Collins, Nueva York, en 2005, aunque impreso y encuadernado en Dubai. (Por cierto, en este libro se dice que las palabras "We'll see you on the other side", las pronuncia Anders, no Lovell)

Otras fotos son, directamente, del propio sitio de la NASA, la cual expresa las condiciones de reproducción, sobre las que escribiré en otro momento.

Bueno, pues todo esto viene a cuento de que, ya que se trata como dije, de mi primer recuerdo con fecha cierta y concreta de algo que vi por televisión, quiero celebrar que este día 27 se cumplen 40 años del regreso del Apolo VIII.

Welcome home.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Volvió

Hace 75 años, como no había calentamiento global, Nueva York estaba nevada (ahora que sí lo hay, también, pero esto es otra historia).

A pesar de la inclemencia, hubo quien fue al cine, por ejemplo, Mordaunt Hall, a la sazón, crítico cinematográfico del New York Times. Como, además, le pagaban por eso (supongo), en la edición del día siguiente (o sea, el 27 –lo digo por lo del problema matemático aún pendiente–), salió publicada la crítica que hizo a la película que vio.

De ella decía que “is a skillful blend of history and fiction in which [the actress], looking as alluring as ever, gives a performance which merits nothing but the highest praise. She appears every inch a queen

Sobre el guión y de la dirección dice que “S. N. Behrman, the playwright, is responsible for the dialogue, which is a bright and smooth piece of writing, and Rouben Mamoulian did the direction. Mr. Mamoulian still has a penchant for asking the audience to fasten their gaze on his work with lights and shades rather than continuing the story, but here he does it less frequently than hitherto, and his scenes are, without a doubt, entrancing compositions.

A continuación, expone un resumen del argumento, el cual obviaremos aquí, y finaliza, como es normal, hablando del final:

How the film ends is best left untold here

En resumen, que la película cuenta con una protagonista de la que se puede decir, y escribir, que, además de “fascinating”, “reveals her sense of humor and she handles some of the reticent levity in a superb fashion. She is forceful as Her Majesty and charming as Christina the woman”.

De la película Hal Erickson, en su obra All Movie Guide, dice que “Queen Christina is as fascinating today as it was nearly seven decades ago, and will undoubtedly continue to remain just as fascinating for the next seven decades”, según figura en la página correspondiente a la película en el sitio de Barnes&Noble.

Por supuesto, a estas alturas de la película todo el mundo sabrá que se trata de “La reina Cristina de Suecia”, y suponía, tras una ausencia de 18 enigmáticos y largos meses, el regreso de Greta Garbo.

Y ya que llegamos al final de la anotación, decir que el final del final de la película es una de las escenas inolvidables, de la película y del cine. De ella, se dice que Greta Garbo expresó sus dudas respecto a cómo interpretarla, sobre lo que refleja el antedicho Hal Erickson que “director Rouben Mamoulian always claimed that he ordered Garbo to think about "absolutely nothing", but one wonders”.

Y si alguien tiene dudas sobre la escena, las puede resolver aquí.

Acabamos con una curiosidad histórico-religiosa. Es cierto que la reina Cristina dejó el trono, y además, hubo motivos religiosos: se convirtió al catolicismo.

En el sitio del Vaticano, hay una referencia a este hecho, y quien lo lea, algo aprenderá.

El Papa con quien se planteó la conversión era Inocencio X (sí, el del retrato de Velázquez, que se encuentra en la Galería Doria-Pamphili -pues el Papa era de la familia Pamphili), quien la autorizó (al tratarse de persona de marcada significación), la Nochebuena de 1654, aunque no llegó a verla efectiva ya que poco después (el 7 de enero), falleció.

Unos villancicos

Buscando cosas por la red, me entero de que hoy cumple 68 años uno de los míticos productores del pop. El tal se llama Phil Spector.

Quien tenga años suficientes, o haya buceado en la música de entonces (o sea, finales de los cincuenta - principios de los setenta), habrá reconocido el nombre de inmediato; quien no, seguro que sí reconocerá varias de las canciones que él produjo.

De todas formas, como estamos en estas fechas navideñas, toca hablar de un álbum que produjo en 1963, en el que se recogían las versiones que de diversos villancicos realizaron varios de los grupos a los que él producía, y que mayoritariamente eran de chicas negras.

En el álbum Phil Spector se pregunta:

"Can Twelve Great Christmas Songs be treated with the same excitement as is the original pop material of today; sung by four of the greatest pop artist in the country; produced with the same feeling and sound that is found on the hit singles of this artist, without losing for a moment the feeling of Christmas, and without destroying or invading the sensitivity and the beauty that surrounds all of the great Christmas music?"

y sigue algo más adelante:

"Because Christmas is so American it is therefore time to take the great Christmas music and give it the sound of the American music of today - the sound of The Crystals, The Ronettes, Darlene Love, Bob B. Soxx and The Blue Jeans.
(...)
I am very proud of my artist at this moment and very grateful for having the opportunity to express myself as I have been able to do in this album"

Acababa deseándonos, él junto con los artistas, "the Merriest Christmases and the Happiest of New Years and we thank you so much for letting us spend this Christmas with you"

Todo esto lo sé porque en su día, encontré, y compré, en El Corte Inglés (el grande de los grandes almacenes, que se decía entonces; unos conocidos grandes almacenes, que se dice ahora en las noticias), una caja titulada Back to MONO, 1958-1969, que comprendía tres CD's con los grandes éxitos producidos por Phil Spector, y un cuarto CD titulado A Christmas gift for you, que es el álbum del que estamos hablando.

(lo del MONO, para los más pipiolos, era lo que había en las grabaciones de audio -abreviatura de monoaural-, antes de que se inventara el estéreo -abreviatura de estereofónico-).

[Cuando consiga unas imágenes mejores, ya las cambiaré]

Para ir acabando, lamento tener que decir que no he localizado ninguna grabación de la época en la que se interpretaran estos villancicos, así que pongo uno general (el primero de una serie de cuatro, que recorren el CD), sobre fondo de fotos de los diversos intérpretes. Por cierto, aunque habla de doce villancicos en el álbum hay trece, aunque el último sólo lo es en versión instrumental, sobre cuyo fondo Phil Spector hace un pequeño discurso. El villancico en cuestión es Silent Night, claro.

Editorial París-Valencia

Alguna que otra vez he hecho referencia en este diario a París-Valencia.

Esta vez voy a hacer referencia no a su actividad como librería, sino como editorial.

Se trata de una actividad curiosa, gratificante aunque no sé si agradecida y, si no lo es, desde luego debe serlo, reconocida. Y es que no editan obra nueva, sino reproducciones facsimilares, básicamente, de dos tipos de obras:

- obras antiguas, de hasta hace un siglo, aproximadamente, de interés por sí mismas

- obras, también antiguas, y de hasta hace un siglo, aproximadamente, de temas valencianos

Como ejemplo de este último tipo, podemos hablar de la Guía urbana de Valencia antigua y moderna, del Marqués de Cruilles, editada en dos tomos, como puede verse en las siguientes imágenes.



La obra, al ser un facsímil, es igual que el original, aunque el ejemplar de éste que tengo, se encuentra encuadernado en un solo volumen (cosa, que por lo que llevo visto, era bastante habitual en la época -lo de reencuadernar una obra en un solo volumen, quiero decir- supongo que para ahorrar gastos).

Así que, para compensar, pongo también la foto de la placa de la calle (aunque sin la referencia al Marqués), aquí en Valencia, calle que, por cierto, en dicha guía, figura sin nombre (en realidad, como todas).

jueves, 25 de diciembre de 2008

Un lozana traducción (2)

Finalizamos con la traducción de lo acontecido en el día de hoy, en versión de José Jiménez Lozano, cuya obra (Libro de visitantes, publicado por Encuentro) aprovecho para recomendar, aunque creo que sólo con la lectura de lo extractado ya es buena muestra.

[Rubén] se decidió a ir hasta la majada donde estaban los pastores que entendían de estrellas y de cambios del tiempo, para consultarles.

Y así lo hizo, pero cuando llegó allí, y apenas había llegado, fue cuando se vio aquella claridad en los cielos y se oyó aquella voz que hablaba de que un Niño le había nacido al mundo, y a los cielos y a la tierra, y que los pastores fueran a adorarle al establo donde había nacido. Pero su amigo Daniel, un pastor ya viejo, le había dicho que adonde tenía que ir él, Rubén el vigilante, era a cantar rápidamente la próxima hora en el pueblo, y contar lo que había visto. Y lo que pasó luego fue que Rubén se quedó tan impresionado, que según iba pensando lo que iba a decir, se tracamundaba todo, y cuando llegó al pueblo, ya lo sabía toda la gente. Decía:

- Que ha salido el sol en medio de la noche, y a la aurora se la ha caído un clavel, y yo lo he visto.

- Que no, Rubén, que lo que ha ocurrido es que nos ha nacido un Niño, y tú no te has enterado de nada.

Pero, de todas formas, cuando la gente volvía de ver al Niño en el establo, comentaba que éste era realmente como un alhelí y una rosa y un clavel, que, como había nacido antes del amanecer, era, efectivamente como si tal hermosura se le hubiera caído a lo Alto.
(…)
Llegaron ya al establo donde había ya otros pastores y dos o tres mujeres que se afanaban por allí, una asnilla y un buey, muy despabilados y que parecían atender a las conversaciones; y el Niño con sus padres, aunque el Niño estaba dormido, y nadie hablaba, y todos se decían las cosas por señas. Sobre todo para señalar al romano con aquella pelliza tan calentita que enseguida se la quitó y se la echó encima al Niño.

Estuvo mucho rato parado allí, y a lo mejor era porque era corto de vista, y, como se acercó mucho a ver si se rebullía el Niño, y, como tenía aquel hombre una nariz muy larga al igual que el pico de los loros, y mucho más en curva que las narices de los judíos, se la cogió el Niño con la mano bien fuertemente, y el forastero se rió, y todos vieron que el Niño también se reía.
(…)
Cuando los primeros pastores que habían estado en el establo de las afueras de Belén salieron de allí, marcharon directamente al pueblo a contar, alborozados y nerviosos, lo que habían visto, y las noticias corrieron de una casa a otra, a esas altas horas de la madrugada, de manera que todo el pueblo era un alboroto.

Una lozana traducción

Finalizando este día tan especial, iniciado en latín, ofrecemos la traducción de lo acaecido en versión de José Jiménez Lozano.

Bajó [el posadero] las escalerillas de la puerta de la posada y se dirigió al rinconcillo del patio donde ellos estaban. Su esposa y las criaditas miraban la escena desde una ventana y se sentían muy contentas, porque al poco rato de estar mirando, ellos se levantaron, y entonces ellas tres se precipitaron hacia dentro de casa para recibir a aquella familia. Sólo que, como tardaban un poco en entrar allí los forasteros, ellas volvieron a asomarse a la ventana, y lo que vieron fue que aquella pareja, con la cabeza baja, y andando muy despacio y trastabillando, salía ya por la puerta de la tapia que rodeaba el patio. Y ellas se quedaron paradas mirando a esa puerta por donde habían salido, mirando a lo oscuro con los ojos empañados en lágrimas.

- Y ahora ¿adónde irán que los acojan? –dijo la otra criadita.

Y entonces fue cuando acudió a avisar a su tía la demandadera para que los ayudase. Pero no sabía si bia a llegar a tiempo, antes de que se los tragase la noche. Y también al niño que tenía que nacer.
(…)
Ni se sabía por dónde había entrado allí aquella mujer. Aunque recordaban, desde luego, que ella era la que les había indicado el establo para su refugio, cuando se los encontró después de haber estado ellos tiempo y tiempo esperando a la puerta de la posada en cuanto llegaron a Belén, y luego de haber recorrido el pueblo entero pidiendo cualquier cobijo. Y se los encontró completamente deshechos, y también abatidos, porque se acercaba ya el momento de nacer el niño y no encontraban aquellos padres ni un colgadizo que les diera un techo y un amparo; así que, aunque dudaron un poco, aceptaron, y ella les acompañó hasta la puerta del establo, diciendo que volvería en un instante, que se fuesen acomodando, y ya verían que, aunque se trataba de un establo, no era tan mal sitio como podía parecerles.

Pero iban María y José tan rendidos, y hacía un tal calorcillo allí dentro en aquella cuadra, que les debió de parecer un lugar maravilloso en cuanto entraron, y luego ya, apenas se sentaron un momento, habían debido de quedarse dormidos.
(…)
Pero en ese momento, se despertó la señora que iba a ser la madre del niño, aunque ella misma era una niña casi, y ella, la disponedora, dijo a José que la atendiera, que ya iba a dar a luz la señora, y que los iba a dejar solos, después de poner allí una colchoneta de paja para ella y otra de heno buen calentito para el niño en uno de los pesebres que parecía propiamente una cuna. Pero que si, la señora la necesitaba, que la llamase. Y luego dijo al buey y a la asnilla:

- Y vosotros, a respirar fuerte que ya os he echado buen pienso.

Luego salió del establo y, a la luz de una candileja, se puso a coger un poco de leña que tenía amontonada junto a una de las paredes del establo; y, a poco, en medio de la noche oscura, al alzarse en su tarea y mirar hacia el cielo, vio como un relámpago o centella que caía sobre el tejado del establo, y luego lo iluminaba como si lo hubiera incendiado. Pero ni le dio tiempo a reaccionar, y ya no estaba segura de si lo que la había deslumbrado no habría sido la lamparilla de aceite del farol, que llevaba y que se había apagado.
(…)
Sólo que, cuando volvió a entrar, ya había nacido el Niño, que era una divinidad, y miraba con unos ojos que se le comían a quien miraba y le ponían la alegría del mundo en el corazón.

Una ayuda

Observo que no hay respuestas al problema matemático propuesto hace unos días.

Ahora que estamos en unas fechas que, para algunos al menos, facilitan el descanso y la reflexión, me gustaría dar unas pequeñas ayudas, para así hacer más sencilla la labor a los lectores interesados.

En el entendimiento de que, como consecuencia de las diversas leyes sobre la educación, la aritmética ya no es lo que era, empezaremos por el principio.

Arithmetica est disciplina quantitatis numerabilis secundum se. (…) Arithmetica est disciplina numerorum. Graeci enim numerum άριθμόν (arithmós) dicunt. Quam scriptores saecularium litterarum inter disciplinas mathematicas ideo primam esse voluerunt, quoniam ipsa ut sit nullam aliam indiget disciplinam.

Aclarado este aspecto, prosigamos.

Numerus autem est multitudo ex unitatibus constituta. Nam unum semen numeri esse, non numerum. Numero nummus nomen dedit, et a sui frrequentatione vocabulum indidit. Vnus a Graeco nomen trahit; Graeci enim unum ένα (héna) dicunt: sic duo et tres, quos illi δύο (duo) et τρία (tría) appellant. Quattuor vero a figura quadrata nomen sumpserunt. Quinque autem non secundum naturam, sed secundum placitum voluntatis vocabulum acceperunt ab eo, qui numeris nomina indidit. Sex autem et septem a Graeco veniunt. In multis enim nominibus quae in Graeco aspirationem habent, nos pro aspiratione S ponimus. Inde est pro έξ (hex) sex, [et] pro έπτά (hepta) septem, sicut pro herpillo herba serpillum. Octo vero per translationem, sicut illi et nos: ita illi έννέα (ennéa), nos novem: illi δέχα (deca), nos decem. Dicti autem decem a Graeca etymologia, eo quod ligent et coniungant infra iacentes numeros. Nam δεσμός (desmós) coniungere vel ligare apud eos dicitur. Porro viginti dicti quod sint decem bis geniti, U pro B littera posita. Triginta, quod a ternario denario gignantur: sic usque ad nonaginta. Centum vero vocati a cantho, quod est circulum; ducenti a duo centum. Sic et reliqui usque ad mille. Mille autem a multitudine, unde et militia, quasi multitia: inde et milia, quae Graeci mutata littera myriada vocant.

Dicho esto, no debe haber ya problemas para resolver la cuestión propuesta.

Todo lo anterior es una transcripción tomada del Praefatio y capítulo 1, e íntegro el capítulo 3 Quid sit numerus, del Liber III De Matemática, de la obra Etimologías, de San Isidoro de Sevilla, publicada por la Biblioteca de Autores Cristianos, según la edición preparada en 1982 por José Oroz Reta y Manuel-A. Marcos Casquero, cuyo texto latino es el preparado por el profesor Wallace M. Lindsay publicado dentro de la Scriptorium Classicorum Biblioteca Oxoniensis, en el año 1911.

Desde el púlpito...

Hace unos días hice referencia a la obra Asesinato en la Catedral, de T.S. Eliot.

Hoy recordaremos, en versión de dicha obra (tomado del Intermedio, o Prédica del Arzobispo Tomás Becket, en la Catedral de Canterbury), el sermón del Arzobispo, “en la mañana de Navidad de 1170”.

Y pensad ahora por unos momentos en el significado de la palabra «paz». ¿Os parece extraño que los ángeles anunciaran la paz, cuando el mundo ha estado incesantemente azotado por la guerra o el temor de la guerra? ¿Creéis que las voces angélicas erraron y la promesa no fue sino decepción y engaño?

Reflexionad ahora cómo Nuestro Señor Jesucristo mismo habló de la paz. Dijo a sus discípulos: «Mi paz os dejo, mi paz os doy.» ¿Entendían la paz tal como nosotros la entendemos? ¿El reino de Inglaterra en paz con sus vecinos, los barones en paz con el rey, el padre de familia pudiendo contar en paz sus ganancias, su hogar limpio, su mejor vino para el amigo que ha sentado a su mesa y su mujer cantando a los hijos? Pero aquellos que fueron sus discípulos ignoraron estas cosas. Marcharon a extrañas tierras, padecieron incontables sufrimientos en tierra y mar, conocieron el tormento, la prisión y las desilusiones, y sufrieron muerte en el martirio. ¿A qué, entonces, se refería el Señor? Pero si me preguntáis esto, no olvidéis que Él también dijo: «La paz que os doy no es la paz que os da el mundo.» De modo que Él dejó la paz a sus discípulos, mas no la paz del mundo.

Pastores glorificantes et laudantes Deum

Et pastores erant in regione eadem vigilantes, et custodientes vigilias noctis super gregem suum. Et ecce angelus Domini stetit iuxta illos, et claritas Dei circumfulsit illos, et timuerunt timore magno. Et dixit illis angelus: Nolite timere: ecce enim evangelico vobis gaudium magnum, quod erit omni populo: quia natus est vobis hodie Salvator, qui est Christus Dominus, in civitate David. Et hoc vobis signum: Invenietis infantem pannis involutum, et positum in praesepio. Et subito facta est cum angelo multitudo militiae caelestis laudantium Deum, et dicentium:

Gloria in altissimis Deo,
Et in terra pax hominibus bonae voluntatis.


Et factum est, ut discesserunt ab eis angeli in caelum: pastores loquebantur ad invicem: Transeamus usque Bethlehem, et videamus hoc verbum, quod factum est, quod Dominus ostendit nobis. Et venerunt festinantes: et invenerunt Mariam, et Ioseph, et infantem positum in praesepio. Videntes autem cognoverunt de verbo, quod dictum erat illis de puero hoc. Et omnes qui audierunt, mirati sunt: et de his quae dicta erant a pastoribus ad ipsos. Maria autem conservabat omnia verba haec, conferens in corde suo. Et reversi sunt pastores glorificantes et laudantes Deum in omnibus quae audierant et viderant, sicut dictum est ad illos.

Quia natus est vobis hodie Salvador

Ascendit autem et Ioseph a Galilaea de civitate Nazareth in Iudaeam, in civitatem David, quae vocatur Bethlehem: eo quod esset de domo et familia David, ut profiteretur cum Maria desponsata sibi uxore praegnante. Factum est autem, cum essent ibi, impleti sunt dies ut pareret. Et peperit filium suum primogenitum, et pannis eum involvit, et reclinavit eum in praesepio: quia non erat eis locus in diversorio.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Gloria in altissimis Deo

In principio creavit Deus caelum et terram.

Como era un día especial, se estableció una retransmisión por televisión. Bill Anders empezó así:
For all the people on Earth the crew of Apollo 8 has a message we would like to send you

Y así lo cuenta en sus memorias el entonces jefe de la Flight Control Division (FCD), Gene Kranz:
I was sitting at the console, reading the flight plan, when, on their ninth orbit of the Moon, Anders began reading from the book of Genesis. It was a surprise, beautiful and timely for this achievement and this day. I felt a chill as Anders said, softly,

«In the beginning God created the heaven and the earth.
»And the earth was without form, and void; and darkness was upon the face of the deep…
»And God said, Let there be light: and there was light»


Now I was really grateful that I was not working the mission. I was enraptured, transported by the crew’s voices, finding new meaning in the words from Genesis. For those moments, I felt the presence of creation and the Creator. Tears were on my checks


Después de Anders, le llegó el turno a Lovell, y finalizó Borman, comandante de la misión.


And God said, «Let the waters under the heavens be gathered together unto one place, and let the dry land appear.» And it was so. And God called the dry land Earth; and the gathering together of the waters called he Seas: and God saw that it was good…

And from the crew of Apollo 8, we close with good night, good luck, a Merry Christmas and God bless all of you – all of you on the good Earth


Et vidit Deus quod esset bonum.

¿Qué son 5 y 7?

Por un lado, tenemos la respuesta matemática: son números enteros positivos, impares, primos, el primero forma parte de la serie de Fibonacci y el segundo no, y cosas así.

Por otro lado, podemos decir que el primero es un aprobado raspado, y el otro ya es un notable.

Asimismo, el cinco nos puede recordar al cinquillo, y el siete a que hemos apurado jugando a las siete y media.

De hecho, quien recuerde esto último está en condiciones, principalmente por edad, de recordar lo que en literatura juvenil significan esas cifras.

Y ya hemos llegado a donde quería.

El otro día, mi hijo fue invitado a la celebración del cumpleaños de un amigo suyo. Mientras la chiquillería se dedicaba a jugar a los bolos (entusiamada, además, porque ése había sido el último día de clase antes de las vacaciones de Navidad), los escasos adultos que estábamos nos centrábamos en nuestro refresco y en conversaciones sobre lo que se terciara (teníamos un par de horas por delante para rellenarlas).

No recuerdo cómo fue, pero hablando de los libros que ahora los niños leían o dejaban de leer, tuve un agradable hallazgo: resulta que la madre del cumpleañero, en su momento, leyó Los Siete Secretos.

Cuando lo habitual y a lo que se le ha dado más publicidad es al grupo de Los Cinco, por fin me encuentro a alguien que lo que leía era Los Siete, y no además de, sino en vez de.

O sea, como uno, aunque eso sí, los libros eran de mi hermana.



Así pues, un pequeño recuerdo a aquellas lecturas, cuyas ilustraciones evidenciaban sus años. Por si alguien está interesado, muestro también el índice del primer volumen de la colección, en el que se presentaba al Club, cuya insignia, recuerdo, era, ya entonces, un ejemplo de reciclaje, pues se trataba de un botón bordado con las iniciales.



Finalmente, como ejemplo de integración, en la contraportada de los libros de la Editorial Juventud, figuraban tanto el índice de la colección de Los Siete Secretos, como de Los Cinco.

A veces, copiar resulta ser una virtud

Los principales centros culturales de la España visigoda contaron con bibliotecas, y en varias de ellas a su lado existían scriptoria, donde los escribas copiaban códices para enriquecerlas o para atender demandas de ilustres amigos, deseosos de poseer ejemplares de algunas obras existentes en aquellas estanterías. El afán por los libros y los esfuerzos a veces ímprobos por conseguirlos se pusieron de manifiesto una y otra vez en el siglo VII. San Braulio no cesó de importunar a Isidoro para que le enviase un ejemplar de las recién aparecidas Etimologías, y años más tarde recurría a los buenos oficios del abad toledano Emiliano tratando de averiguar el paradero de un códice de los Comentarios sobre el Apocalipsis de Apringio de Beja, que estuvo en la biblioteca de cierto conde Lorenzo, prometiendo copiarlo y devolverlo en seguida (ep. XXV y XXVI). El propio Braulio recibió de San Fructuoso la petición de que le enviase para la biblioteca de su lejano monasterio galaico una parte, que le faltaba, de las Colaciones de Casiano, las Vidas de San Honorato y San Germán, y la de San Emiliano, que el mismo Braulio acababa de escribir (ep. XLIII). Tajón, el futuro sucesor de Braulio de la sede de Zaragoza, realizó un azaroso viaje a Roma para conseguir aquellas obras de Gregorio Magno que todavía no existían en España

El párrafo anterior está tomado de la obra Historia del reino visigodo español, de José Orlandis, (2003), editado por Rialp (2ª edición, terminado de imprimir el 18 de enero de 2006).

Nos podemos hacer una idea del trabajo de los copistas, simplemente diciendo que el ejemplar que tengo de las "recién aparecidas Etimologías" consta de dos volúmenes, el primero con 853 páginas y el segundo con 614 páginas.



No he localizado referencia cierta sobre si el pergamino que utilizaban, incorporaba en su precio algún tipo de canon que diera derecho a su utilización para confeccionar "copias privadas" [lo mismo no, y resulta que todo el desarrollo de la civilización occidental, su custodia, conservación y mantenimiento, es ilegal - claro, que lo mismo es eso precisamente lo que se pretende].

Quadragesimo Anno

También con el cielo y las alturas de testigos, ahora, y también como hace 77 años, se cumple el cuadragésimo aniversario de cosas nuevas.

[De hecho, es el primer recuerdo personal que, con fecha cierta, tengo de la televisión; eso sí, en blanco y negro]

Y la cosa nueva puede resumirse en la siguiente imagen.


De la cual, lo más significativo no es ver "la buena Tierra" desde el espacio, sino cómo: ligeramente (unos cinco grados), por encima del horizonte... de la Luna.

Aunque la misión llevaba ya casi 70 horas, volvieron los deseos de un buen viaje ("safe journey", "good all the way"), y la respuesta, marcando el lugar para la siguiente cita ("We'll see you on the other side").

Y es que, durante los 32 minutos que transcurrieron a continuación, Jim Lovell, Bill Anders y Frank Borman, fueron los primeros seres humanos en ver, personal y directamente, "the other side of the Moon".


martes, 23 de diciembre de 2008

¿Coincidencia?

Coincidiendo con el solsticio de invierno, el pasado día 21 hice una anotación sobre el particular.

Coincidiendo con ello, desde entonces y hasta hace poco no he conseguido tener acceso a la red desde casa.

Y coincidiendo con ello, y ante la circunstancia de que es en ese día cuando más dura la noche, se ve que el Ayuntamiento de Valencia quiso hacer, durante algo más de hora y media, un sencillo acto de solidaridad astronómica, del que ahora, dos días después, doy fe.


Por cierto, desde el MUPI que, iluminado, rompe la solidaridad, el Ayuntamiento nos felicita la Navidad. Así, pues, a pesar de todo, gracias, e igualmente.

¡Qué bella maravilla!

Anteayer se cumplieron 62 años del estreno de la película “It’s a wonderful life”, conocida por estos lares como “¡Qué bello es vivir!”.

[Aunque el día anterior hubo una exhibición previa benéfica (“for charity”, en la reseña del New Yok Times), en el Globe Theatre de esa ciudad, es decir, Nueva York]

¿Qué se puede decir de esa película, que no sea su constante presencia en estas fechas navideñas?

Sin entrar en cuestiones técnicas, ni de estilo (fiel reflejo de la filosofía de su director, Frank Capra), ni de fondo político (exponente del New Deal del poco antes fallecido F.D. Roosevelt), se puede decir que es una película no ya optimista, sino positiva.

Una película que no sólo muestra, sino que defiende, que la bondad, la dedicación, el esfuerzo, la familia, la amistad y el sacrificio son los valores que permiten construir este mundo mejor, conseguir una maravillosa vida.

Si sólo estas características ya le permiten ser una película de actualidad, en estos momentos coinciden unas circunstancias que también la traen a colación.

En concreto, se trata del negocio familiar que acaba regentando George Bailey, el protagonista interpretado por James Stewart. Dicho negocio consiste en una pequeña banca de provincias, y que en su momento también se vio muy afectada cuando la crisis del 29.

El día del pánico, los vecinos de George acuden a la oficina bancaria a retirar sus fondos, cosa que naturalmente la banca no está en condiciones de realizar. George habla personalmente con ellos y a la gran mayoría les convence para que no lo hagan (aunque hay alguno al que sí deben reintegrarles sus depósitos). Entre otras cosas, les explica que sus fondos no están físicamente en el banco sino en las propias casas de sus vecinos, a través de las hipotecas formalizadas.

Aunque esta circunstancia sea de total actualidad, quiero llamar la atención sobre otro aspecto que también acapara una de las escenas de ese día de pánico: el tiempo pasa poco a poco, y llega el momento en que el reloj da las seis de la tarde, es decir, según el patrón de la época, hora de cerrar la oficina; entonces, sucede la escena actualmente interesante.

En resumen, la pequeña y familiar banca de provincias de George, consigue terminar el día del pánico sin verse abocada a la quiebra. Ella sola, gracias a la gestión de sus propietarios y directivos, sin recurrir al Papá Estado.