sábado, 4 de enero de 2020

Un llamado al voluntariado

Hace muy poco más de once años, en la festividad de Santo Tomás Becket, recordé la famosa frase atribuida al rey Enrique II Plantagenet en relación con el santo arzobispo:

«¿No hay nadie entre mis servidores que vengue la afrenta que me inflinge este miserable sacerdote?»

Estos días se está produciendo una rememoración de aquella frase (aunque imagino que inconscientemente), cuando en relación con la sesión de investidura que se inicia hoy se lanza al aire desde bastantes voces la pregunta de si hay alguien entre los diputados del PSOE que impida la llegada al gobierno del totalitarismo chavista e independentista a través de la figura de PZ P.-C.

Por desgracia, es más fácil que surjan voluntarios para hacer el mal (como en el Canterbury de 1170), que para hacer el bien, o, al menos, para impedir el mal.

Pero mientas hay vida hay esperanza, aunque ella suponga incluso que haya que confiar en el virus de la gripe.

Actualización del martes 07 de enero de 2020, a las 00:18:
Leo en twitter que hay un Plan B de PSOE y UP por si se les "torciera" algún voto, y es que los filoterroristas pasen de la abstención al voto afirmativo.

Teniendo en cuenta que, si no estoy equivocado, el voto es por llamada, siguiendo el orden alfabético del primer apellido, y que la mesa de la Cámara vota al final, según el listado de diputados, incluyendo en el Plan B a ERC, la última abstención que se produciría sería la de doña Pilar Valluguera Balañà, por lo que a partir de don Daniel Vicente Viondi, ya podrían votar en contra los diputados socialistas que se atrevieran.

Hay que tener en cuenta que cualquier otro cambio de voto, así en plan valiente, activaría el Plan B, y no tendría más resultado que el de dar la cara. Tampoco es tan seguro que se la partan, pues si no acaba afectando al resultado, PZ P.-C. es hasta capaz de ponerlo como ejemplo de decencia en el partido, y promoverlo para algún alto cargo de nueva creación.

Si quieren valentía de verdad, tendrían que conjurarse tantos diputados como abstenciones previstas (o sea, 18, pero ya puestos, al menos 20, por si acaso), y votar en contra. Ya daría lo mismo el Plan B, pues no se podría contrarrestar, y además, los conjurados sí que conseguirían lo que habrían votado (o sea, "NO"), y entonces sí serían castigados, con lo que darían un sano ejemplo.

Pero no creo que haya buenas noticias.

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