jueves, 29 de agosto de 2013

Parece que refresca

Esta mañana ha sido la primera vez en mucho tiempo que he visto los relojes de la calle, aquí en Valencia, marcando a las siete y poco de la mañana por debajo de los 20º.


Se ve que la lluvia de la tarde de ayer fue, además de “con conocimiento” que se dice por aquí, suficiente como para convertirse en TT, es decir, marcó Tendencia en la Temperatura, y ha estado toda la noche por debajo de esos 20º de que hablaba.


Con lo que, claro, empieza a refrescar, y como somos así de exagerados, hasta don Francisco Domingo, insigne pintor, ha recurrido al abrigo de la capa española, ambos dos, allí en el Parque de la Glorieta.

Créditos:
Imágenes de los gráficos horarios de lluvia y temperatura, en Valencia, en la tarde noche del 28 al 29 de agosto de 2013, tomados de la correspondiente página de internet de la AEMET, antes INM.
Imagen del collage con fotografías del Parque de la Glorieta, en Valencia, y en particular, del monumento a la capa española y del busto al Pintor Domingo, de agosto de 2013, del autor.

[Nota de créditos a los créditos: el collage no es una mera ocurrencia, sino que se deriva del hecho de que la perspectiva visual capa-busto, aunque me dio la idea al apreciarla mientras esperaba el cambio de semáforo, no mantiene unas proporciones ‘correctas’.]

miércoles, 28 de agosto de 2013

Aventuró la vida

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en mitad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve me parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con la libertad que lo gozara si fueran míos; que las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recibidas son ataduras que no dejan campear al ánimo libre. ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!

Y es que, aunque parezca que haya sueños imposibles,


también los hay que sólo dependen de nosotros, de unos y de otros, de todos.

Créditos:
Discurso de don Quijote, al principio del capítulo LVIII de la segunda parte de la obra de Miguel de Cervantes, tomado de Don Quijote de la Mancha, edición del IV Centenario, realizada por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la lengua española, publicada por Alfaguara en 2005, y con edición no venal patrocinada por la Generalidad Valenciana (pp. 984-985), de la biblioteca del autor.

Y ahora, ¿dónde los pongo?: Seguimos con la (misma/otra) historia

Memorias,…










… cartas y novelas,…










… finales y principios.










Créditos:
Cubiertas y sobrecubiertas de los libros en cuestión.

Y ahora, ¿dónde los pongo?: Donde él coja fuerzas para el nuevo curso

Y en este otro caso, para mi hijo.









Aunque él ya tenía formado un pequeño atasco.

Créditos:
Cubiertas y sobrecubiertas de los libros en cuestión.

Y ahora, ¿dónde los pongo?: Donde ella coja fuerzas para el nuevo curso

También aproveché, por si había éxito durante las vacaciones, para repartir algunos de los libros que en su momento se habían quedado esperando una oportunidad.




En este caso, para mi hija.

Créditos:
Cubiertas de los libros en cuestión.

Y ahora, ¿dónde los pongo?: Se me acumula la faena

Aprovechando unos días de vacaciones, a principios de mes puse un poco de orden, que no ordené, unos cuantos libros, de los que traigo aquí una muestra.





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Créditos:
Cubiertas de los libros en cuestión.

martes, 27 de agosto de 2013

¿Quién necesita unas vacaciones? No hay como ser muy viajado

Podría pensarse que nada más comenzar el verano, y con él, las ganas de viajar, alguien hubiera tenido una premonición de lo que iba a pasar mes y medio más tarde y con ello, regresaran los recuerdos de las Malvinas…


… aunque trasladadas al Índico.

Créditos:
Detalle del pantallazo, bueno, «captura de pantalla», de la portada de Libertad Digital (del 23 de junio último) donde destacan la noticia publicada el día 21 en su suplemento Chic.

Semos exquisitos

Una de las cosas que tiene el inicio de la liga de fútbol es que nos permite ponernos exquisitos.

Este pasado jueves, el Real Madrid C.F. celebró su torneo Santiago Bernabéu, y con él, (tarde) , el homenaje a Raúl González Blanco.

Yo me enteré de ello gracias a que Carmelo Jordá (aún en las filas de Libertad Digital) se puso exquisito en su revista de prensa del mismo jueves:
ABC le entrega la portada a un sonriente Raúl que "vuelve al Bernabéu" y afirma que "el Madrid me lo dio todo". Es la primera vez en la historia que un jugador del poderoso Al-Sadd de Qatar tiene tanta atención, pero reconozcamos que es Raúl.

Claro que… sí, es verdad que “es la primera vez en la historia que un jugador del poderoso Al-Sadd de Qatar tiene tanta atención”… en la misma Libertad Digital. No ya sólo el jueves a medio día, al destacar en la zona alta de la portada un artículo de Juan Manuel Rodríguez, el penúltimo raulista vivo, sino también con pestaña propia en la barra de Es Noticia (como Casillas, pero es que éste no juega en el “poderoso Al-Sadd de Qatar”), y, por supuesto, con todos los honores en la temprana portada del viernes día 23.


Pero bueno, sí, “reconozcamos que es Raúl”. Y, si es necesario, como dice el Evangelio, setenta veces siete.

Créditos:
Extracto de La prensa de un vistazo, revista de prensa diaria en Libertad Digital, del jueves 22 de agosto último.
Portada de ABC del 22 de agosto en cuestión, tomada de la galería de fotos de Libertad Digital.
Detalles de los pantallazos de las portadas de Libertad Digital del jueves 22 y viernes 23 de agosto últimos.

lunes, 26 de agosto de 2013

Nueva unidad de tiempo: el metro

Después de mucho tiempo, hace cuarenta días volvía a hacer uso del servicio de MetroValencia.

Prácticamente no 40, sino 80, pero meses, es el tiempo que tiene este anuncio propagandístico en la prensa, y con él, las obras en Valencia de la llamada T-2, un híbrido entre metro subterráneo (como toca) y tranvía.

El caso es que con más problemas de los previstos (aunque no de los previsibles), las obras (casi) se acabaron. Lo que no quiere decir que la línea se pusiera en servicio, por el sencillo motivo de que las obras en cuestión no incluían la superestructura de la línea y resto de cosillas que, en definitiva, son las que permiten aprovechar los agujeros hechos en el suelo. Es lo que tienen las prisas por empezar obras antes de las elecciones… de 2007.

Al final, esos agujeros en el suelo acabaron poniendo en evidencia otros agujeros, éstos en la Administración. Sin embargo, la falta de buena administración, y con ella, el estado de abandono de tramos casi finalizados, ha hecho posible que la ironía nos permita apreciar unos brotes verdes.

Lo que sí parece cierto es que, aunque parezca que haya pasado mucho tiempo, comentarios del pasado siguen estando presentes.


Tal vez, dentro de cuarenta… años…

Créditos:
Imagen del anverso de la tarjeta Móbilis de MetroValencia, comprada el 17 de julio último por el autor.
Anuncio de la Generalidad Valenciana sobre el inicio de las obras de la línea T-2, publicada en el gratuito ADN el 10 de enero de 2007, de la hemeroteca del autor.
Fotografía de una escalera mecánica, con la indicación de las franjas izquierda y derecha para los que tienen o no prisa, en la estación de Metro de Aragón, en Valencia, en julio de 2013, del autor.
Fotografía del estado de la plataforma tranviaria de la línea T-2, en la zona de Moreras-Nazaret, en Valencia, en julio de 2010 (pero también vale para ahora), del autor.
Viñeta de Xaudaró, publicada en Blanco y Negro, tomada del tomo III de la colección Chistes de Xaudaró, publicado por Prensa Española, sin fecha, de la biblioteca del autor.

Alit lectio: … e ilustradoras cartas

Soy un obispo que se ha impuesto al extraña tarea de escribir todos los meses, para El Mensajero de San Antonio, una carta a algún ilustre personaje.

De este modo comienza Albino Luciani la carta que dirige a Charles Dickens, y con la que se inicia la recopilación de cuarenta cartas publicadas en la referida revista mensual (aunque no es la primera que escribió, sino de las últimas), entre mayo de 1971 y diciembre de 1974 (con ausencia de algún mes que otro).

El entonces Patriarca de Venecia dirige cada carta a un personaje (histórico o de ficción) de quien valora su ejemplo en la faceta sobre la que nos expone sus reflexiones.

Analiza, con espíritu abierto, almas y cuerpos, lo divino y lo humano, sin prejuicios, con patriarcal tolerancia, animando continuamente el tema con ocurrencias imprevistas, anécdotas graciosas, agudezas de u típico humour inglés, facilitado por su amplio conocimiento de la literatura inglesa, al que se suma el conocimiento directo del alma popular [de hecho, la primera carta publicada es la dirigida a Mark Twain, y la segunda, la dirigida a Chesterton]. De esta forma logra el autor que el lector rompa a reír, en no pocas ocasiones, y tome de esta satisfacción impulsos para continuar la lectura, profundizando con el autor, sin esfuerzos cerebrales, los temas que se exponen y, sobre todo, convenciéndose de los motivos y de los ejemplos aducidos para liberar a los espíritus del aburrimiento, de la estupidez del mal, causa de tantos suicidios.
Por los temas abordados, y por los modos que el autor usa, percibe el lector libre la actualidad del cristianismo, sin el que la sociedad de hoy se deshace, si Dios no la apoya.

Los temas, como se puede esperar, son numerosos: el matrimonio (Penélope), el enamoramiento juvenil y el sexo (Pinocho), las equivocaciones (el Club Pickwick), la enseñanza (San Bernardino de Siena o Quintiliano, aunque es tema recurrente con otros personajes), el feminismo (Carlos Goldoni), la catequesis (Félix Dupanloup), la conversación (José Joaquín Belli), aspectos sociales y económicos (Charles Dickens o Guillermo Marconi),… además de abordar cuestiones propias del cristianismo.

Curiosamente, o no, se da la circunstancia de que la carta más extensa (como el doble de la longitud habitual entre las otras), y que, además no es una, sino un cruce de correspondencia, es en la que, a través de la persona de San Bernardo de Claraval, aborda el problema del buen gobierno.

Lógicamente, con tantos escritos, no puede decirse que todos alcancen la misma intensidad, pero sí consiguen transmitir “su optimismo, firmemente anclado en Cristo, [con] una hilaridad original, fresca, alborozada, que tiene tanto más valor cuanto mayor es el peso con que nos agobia la presnte cultura nebulosa, tan altanera como envanecida”.

El libro finaliza con la carta que escribe a Jesús, que tampoco es la última de las publicadas, la cual concluye así:
Estoy acabando de escribir esta carta. Nunca me he sentido tan descontento al escribir como en esta ocasión. Me parece que he omitido la mayoría de las cosas que podían decirse de Ti y que he dicho mal lo que debía haber dicho mucho mejor. Sólo me consuela esto: lo importante no es que uno escriba sobre Cristo, sino que muchos amen e imiten a Cristo.
Y, afortunadamente –a pesar de todo–, esto sigue ocurriendo también hoy.

Lo que, afortunadamente, no supone una conclusión.

(En el trigésimo quinto aniversario de la proclamación de Albino Luciani como Papa, con el nombre de Juan Pablo I.)

Créditos:
Sobrecubierta, extractos del Prefacio a la edición original de enero de 1976, de Igino Giordani, y extractos de las cartas que dirigió a Charles Dickens (bajo el título Estamos en las últimas… y publicada en febrero de 1974), y a Jesús (Escribo temblando, publicada en mayo de 1974), tomados de la recopilación Ilustrísimos señores, según traducción de José L. Legaza, José L. Zubizarreta, Manuel García Aparisi y Gonzalo Haya, en edición de Biblioteca de Autores Cristianos del 7 de diciembre de 1978, de la biblioteca del autor.

La-base es lavarse

- Hombre, debería usted darse cuenta –exclamó Biff finalmente–. No puede andar por ahí con esta pinta. Vaya, si hasta me sorprende que no le hayan arrestado por vagabundeo. Tiene que desembriagarse. Necesita lavarse y un corte de pelo. ¡Madre de Dios! No está en condiciones de andar entre la gente. –Blount frunció el ceño y se mordió el labio inferior–. Vamos, no se ofenda ni se salga de sus casillas. Haga lo que le digo. Vaya a la cocina y dígale al chico de color que le prepare una cacerola grande con agua caliente. Dígale a Willie que le dé una toalla y mucho jabón, y lávese bien. Luego tome un poco de leche con tostadas, y abra su maleta y póngase una camisa limpia y unos pantalones que le vayan bien. Mañana podrá empezar a hacer lo que le apetezca y a trabajar en lo que tenga intención de trabajar, y a andar derecho.


Bruscamente, Biff cesó en su meditación y abrió completamente el grifo del agua. Se quitó la camiseta y empezó a lavarse. Siempre iba escrupulosamente limpio de la cintura para arriba. Cada mañana se enjabonaba el pecho y los brazos, así como el cuello y los pies, y un par de veces en cada estación se metía en el baño y se limpiaba todas ls partes.

Créditos:
Extractos de El corazón es un cazador solitario, obra de Carson McCullers, según traducción de R. M. Bassols, tomados de la decimosexta impresión (febrero 2013) de la primera edición en la colección Biblioteca Formentor de Seix Barral (pp. 29 y 40-41), de la biblioteca del autor.
Viñeta de Xaudaró, publicada en Blanco y Negro, tomada del tomo III de la colección Chistes de Xaudaró, publicado por Prensa Española, sin fecha, de la biblioteca del autor.

Fe de (p)erratas

«(Entonces, ¿dónde está el perro? Porque no es probable que haya preferido otras compañías.
Muy sencillo. El perro se incorporó a la iconografía del santo a partir del siglo XVI, y la talla es aún del XV.)»

Pues resulta que no.

Aunque en la fotografía de la anotación donde decíamos lo anterior no se aprecie bien, sí está.

El perro de San Roque, con un trozo de pan en la boca para dárselo al santo.

Es lo que pasa por fiarse de lo que viene en los libros, aunque sea en versión de César Vidal.

Créditos:
Fotografía de la imagen de San Roque, de autor anónimo, en madera estofada y policromada, de finales del siglo XV, del Museo de la Catedral de Valencia, en agosto de 2013, del autor.

domingo, 25 de agosto de 2013

La soldada del Rey… de los Cielos

Amanece. En el palacio de la Cité todos duermen aún. Blanca, ya lista, escucha la lectura que le hace un sacerdote predicador, uno de esos que fray Domingo ha ganado para su causa, y que acaban de instalarse en un convento de París, en el camino de Santiago. La reina tiene por costumbre aprovechar el silencio matinal para el recogimiento y la oración, pues sus jornadas demasiado ocupadas no le dejan apenas tiempo de ocio. De repente el monje, arrodillado cerca de la ventana, le hace una señal. Blanca se acerca y mira, tal como él le indica, por la ventana, al patio del palacio, que está abierto a todo el que llegue, y los pobres, harapientos, mendigos, vagabundos de la ciudad se dirigen allí por la mañana en busca de alguna limosna. Ahora bien, a esa hora en que se cree que todo el mundo está durmiendo en sus habitaciones de la vasta residencia real, un muchacho, ataviado como un simple caballerizo, ha entrado por una puerta en el patio; circula entre los pobres miserables, dándole a cada uno moneda menuda. Blanca, asombrada, tarda unos momentos en reconocer, con sus cabellos rubios que lleva medio largos, siempre muy bien peinados, a su propio hijo, el rey Luis.
Cuando éste se dirige a su cámara, en el pasillo, el fraile predicador le para y le hace entrar en el aposento de la reina: «¡Mi señor, he visto vuestra mala acción!». Luis, sorprendido, se ruboriza ligeramente y responde: «Hermano, estas gentes son los verdaderos soldados del reino; combaten por nosotros contra nuestros adversarios; son ellos quienes mantienen en paz el reino de Francia. A decir verdad, no les hemos dado la soldada que se merecen».

La madre, la reina Blanca, es Blanca de Castilla, hija de Alfonso VIII de Castilla; “su propio hijo, el rey Luis”, es Luis IX, Rey de Francia.

El cual, con el tiempo, también es conocido como San Luis, Rey de Francia, cuya festividad se celebra hoy.

(Y primo de Fernando III, también Rey, y también, con el tiempo, conocido como San Fernando, Rey de España.)

Créditos:
Extracto del capítulo Jaque a la reina, de la obra La reina Blanca de Castilla, de Régine Pernoud, según la traducción de José Ramón Monreal, publicada por Acantilado como número 277 de su colección El Acantilado (pág. 192), de la biblioteca del autor.

sábado, 24 de agosto de 2013

Manteniendo el aplomo

Con mas afecto en las espresiones que verdad en los sucesos se ha escrito acerca de esta iglesia, notable por su antiguo origen; pero las controversias suscitadas por ello y alguna apasionada defensa, han servido mas para confundir que para esclarecer los datos.
Creemos ponernos en lo cierto, esquivando discusiones, y concretándonos á hechos patentes ó indudables.
Reproducida en el friso de la cornisa de altar del Santo Sepulcro de la iglesia de San Bartolomé, hay una inscripcion en caracteres estraordinarios entallada en el zócalo ó peana de él, que ha dado lugar á mil congeturas, porque nunca sus intérpretes han conseguido descrifrarla. No se hallan sus caracteres en ninguno de los alfabetos publicados, y se encuentran solo de sus género en las basílicas de Santa Inés Secundae y San Sebastian y San Lorenzo, estramuros de Roma, que fueron levantadas en tiempos de Constantino.El abate D. Pedro Martinez, que residia en aquella ciudad por los años 1779, las examinó y comparó con dibujo muy exacto, sacado de esta, y pudo interpretarla asi:
UN VENERABLE VARON CONSAGRÓ ESTE TEMPLO Á NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
Es dificil aplicar si fue Obispo ú otro personaje quien hiciera esta dedicacion.
La antigüedad de la Imágen del Salvador, que allí se venera, está representada en el acto de la Resurreccion y con manto á modo de capa pluvial, y sobre la cabeza la paloma alusiva al Espíritu-Santo, lo cual ya estaba en uso en tiempo de San Basilio, en el siglo IV de la Iglesia.
Esto unido á haberse hallado al abrir los cimientos para la renovacion de la iglesia, una moneda de Constantino, de las batidas en Arlés; una columna truncada, cuyo bordon estaba formado por hojas de hiedra, que es sabido hacen alusion á Baco; y pavimentos, piedras y cañerias, á manera de restos de templo pagano, y un fragmento de inscripcion romana á Marcia, que aun está visible á la entrada de la iglesia, indujeron á remontar el origen de esta á la época de Constantino, haciéndola figurar como el primer templo de los cristianos en Valencia: solo podemos asegurar que ningun otro ha reclamado para sí esta prerogativa, y que la hacen probable estos indicios de que pudo ser lugar dedicado á Baco, y corresponder á los estramuros de la ciudad en aquel tiempo que á la conversion de Constantino al Cristianismo, se dedicase al Salvador, como lo fueron en general los templos paganos.

Desde esta fecha [finales del siglo XI] á la conquista de 1238 son oscuras las noticias, y mas revestidas de apasionamiento que de sana crítica por la credulidad ó aficiones piadosas de los escritores. Dedúcese que si no existia abierta al culto, al menos no hubo necesidad de purificarla, pues no se cuenta en el número de las mezquitas que se consagraron en iglesias.

Para la reedificacion se puso la primer piedra en 1666 D. José Barberá, Obispo de Maronea, ausiliar de Valencia, y su terminacion se celebró en 24 de agosto de 1683.

Así pues, hoy se cumplen 330 años de la finalización de las obras de la nueva iglesia de San Bartolomé, en Valencia.

Debe acogerse con reserva la especie de que no habiendo cimentado por igual el campanario hizo sentimiento y perdió el aplomo; pero que el arquitecto Juan Perez, á quien se encargó remediarlo, practicando una abertura de alto abajo en la parte que unia con la obra vieja opuesta a la del desplome, la volvió á llenar de material nuevo, y por este medio la torre quedó aplomada.

Por esas ironías de la vida, es la torre precisamente lo único que queda en pie de la iglesia de San Bartolomé.

Créditos:
Transcripción parcial, respetando la ortografía de la época, de la entrada dedicada a la Iglesia de San Bartolomé, por el Marqués de Cruilles en su obra Guía Urbana de Valencia Antigua y Moderna, publicada en 1876, según edición facsimilar de París-Valencia de 1979 (Tomo I – pp. 95-96, 97, 98 y 99), de la biblioteca del autor.
Fotografías de la torre de San Bartolomé, desde las Torres de Serranos (octubre de 2012), y a pie de ella (septiembre de 2009), del autor.